Es jesuita y tiene 75 años
Viaja en bus; cuida a enfermos de noche; contrario a la Teología de la liberación... así es el Papa
Hace 8 años, en el último Cónclave, fue el segundo cardenal más votado tras Joseph Ratzinger. Es el primer jesuita en llegar a Pontífice.
Tiene 76 años y en su país de origen, Argentina, es un verdadero líder moral que se forjó en tiempos del famoso "corralito", en la peor época de crisis económica que padeció el país sudamericano en las últimas décadas.
En Buenos Aires suele viajar en autobús, y es común verle caminar por la calle o coger el metro como un ciudadano más, aunque siempre viste de sotana. Además, suele cuidar personalmente a sacerdotes ancianos y enfermos de la diócesis de Buenos Aires. Él se traslada a sus domicilio u hospital y les atiende durante toda la noche.
Prueba de su austeridad personal es el hecho de haber renunciado al Palacio Arzobispal y vivir en un pequeño piso de la capital argentina acompañado por otro presbítero.
El nuevo Papa Francisco I es uno de los cinco hijos de un matrimonio italiano de clase media formado por Mario, empleado ferroviario, y Regina Sívori, ama de casa
Primer Papa jesuita
Este jesuita, primero que ostenta el cargo, es conocido por su seriedad, su carácter reservado y la escrupulosa coherencia con su puesto.
Fue elegido cardenal en 2001, pero cuando se organizaba el viaje masivo de feligreses a Roma para asistir a la ceremonia les paró los pies y pidió que ese dinero del viaje se dedicara a obras de caridad.
Vocación tardía: cura a los 33 años
El nuevo Papa nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Es químico y con estudios de filosofía y psicología. Bergoglio se hizo cura tarde, con 33 años.
Llegó a ser provincial de su orden de 1973 a 1980, periodo en el que se opuso a la teología de la liberación.
Como provincial de la Compañía de Jesús en Argentina "gobernó" con firmeza ante los vaivenes de algunos de sus hermanos jesuitas. Esa contundencia le pasó factura. Tras dejar de ser el máximo responsable de la orden fue "desterrado" a Córdoba, asignándole las tareas de director espiritual y confesor dejándole sin competencias pastorales de primer orden.
Posteriormente, entre 1980 y 1986 fue Rector del Colegio Máximo de San Miguel y de las Facultades de Filosofía y Teología de la misma Casa.
Juan Pablo II le nombró obispo
El Papa Juan Pablo II lo recuperó de su "destierro" y en 1992 le nombró obispo auxiliar de Buenos Aires.
Era papable desde 2003, pese a ser jesuita, y ya sólo esta condición le resultaba insufrible. Cuando en 2005 Ratzinger se convirtió en Benedicto XVI, Bergoglio quedó segundo en las votaciones.
Hincha del equipo de fútbol San Lorenzo
Es muy aficionado al fútbol y reconocido hincha del San Lorenzo de Almagro, un gran equipo argentino.
Su amor por los colores azul y rojo comenzó desde muy pequeño. Su padre jugaba al baloncesto en el club y lo llevaba a ver los partidos en el Viejo Gasómetro. Desde entonces la pasión por el Ciclón no mermó y hasta llegó a meterse en la vida del club, informa el diario Clarín.
Contario al aborto, la eutanasia y la cultura de la muerte
El 2 de octubre de 2007, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, afirmó taxativamente que "en la Argentina se vive una cultura del descarte por la que se aplica la pena de muerte mediante el aborto y la eutanasia de ancianos mediante el abandono".
"Esta cultura es como una ´nueva ilustración´ que se expresa en un progresismo ahistórico, sin raíces y en un terrorismo demográfico", advirtió el entonces presidente de la conferencia episcopal argentina..
También señaló que "en la Argentina hay eutanasia encubierta. Las obras sociales pagan hasta cierto límite, si te pasás, morite, total sos viejo. Hoy se descarta a los viejos cuando, en realidad, son la sede de la sabiduría del pueblo", precisó, antes de lamentar la cotidianidad de la prostitución infantil en ciertos ámbitos (incluso como parte de los servicios de algunos hoteles).
Lamentó entonces el reciente caso de una joven con discapacidad, víctima de una violación, a la que se le practicó un aborto: "Seamos conscientes de que con eufemismos no podemos tapar la cultura del descarte", pidió.
El aborto, el uso de preservativos o las uniones civiles de homosexuales "no entran en el eje fundamental del derecho a la vida por el que reclama la Iglesia", que consiste en "dejar vivir y no matar; dejar crecer, alimentar, educar, curar y dejar morir con dignidad. No interferir manipuladoramente".
"Una ternura especial con los pecadores"
En septiembre de 2012 no tuvo reparos en llamar a sus propios sacerdotes "hipócritas de hoy" por rehusarse a bautizar a los hijos de madres solteras "porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio".
Sucedió durante un Encuentro de Pastoral Urbana de la Región Buenos Aires, en el que advirtió la necesidad de mostrar "una ternura especial con los pecadores" y los más alejados porque "Dios vive en medio de ellos". Por esta razón lamentó que algunos hayan "clericalizado a la Iglesia del Señor".
Con delicadeza, pero con firmeza y claridad, el purpurado bonaerense denunció que éstos "llenan de preceptos y con dolor lo digo, y si parece una denuncia o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio".
"Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen", añadió el hoy ocupante de la cátedra de Pedro.
Tensa relación con los Kichner
Con Néstor Kichner, presidente de la Argentina, la relación fue mucho más distante y conflictiva que con la actual Presidenta. El ex presidente llegó a identificar al entonces cardenal como “el verdadero representante de la oposición”. En aquel momento, Bergoglio se quejó de los dichos de Kirchner.
En enero de 2007, el periodista especializado de Clarín, Sergio Rubín, escribió una nota titulada “Kirchner y Bergoglio, separados por cuestiones de fondo”. En la misma explicaba que se había pospuesto una reunión entre las partes y que ni siquiera la cúpula del Episcopado —que encabeza el propio Bergoglio— logró acordar una visita protocolar a las máximas autoridades del Congreso.
“Kirchner siente que el grueso de los obispos con Bergoglio a la cabeza son un factor muy fuerte de cuestionamiento" a su gestión. La Casa Rosada se quejó muchas veces de que la Iglesia nunca le reconoció todo lo que hizo el presidente por sacar al país de una de las peores crisis de su historia”, explicó Rubin en el texto.
Sin embargo, cuando el ex Presidente murió, Bergoglio reaccionó rápidamente y en cuestión de horas decidió oficiar una misa por el eterno descanso de Kichner. Lo hizo en la catedral metropolitana. “El pueblo tiene que claudicar de todo tipo de posición antagónica frente a la muerte de un hombre ungido por el pueblo para conducirlo y todo el país debe rezar por él”, dijo en esa oportunidad.
Además, en ese momento pidió que los ciudadanos no sean desagradecidos. “Sería una ingratitud que este pueblo no se una en oración por un hombre que cargó sobre su corazón, sobre su conciencia y sobre su hombre la unción de un pueblo que le pidió que lo condujera”, dijo.
Con Cristina, el punto de enfrentamiento máximo llegó con la ley de matrimonio entre personas de un mismo sexo. Bergoglio fue la cara visible de la marcha contra el casamiento gay y se opuso rotundamente al proyecto que más adelante se transformó en una realidad.
“Me preocupa el tono que ha adquirido el discurso, se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está”, respondió Cristina en esa oportunidad.
Igualmente, Bergoglio festejó varias veces el tono conciliador con los que Cristina encaraba sus discursos –aunque criticó cuando lo hizo con belicosidad-, y apuntó siempre a lo mismo: la unidad entre los argentinos.
Un químico y psicólogo
Estudió y se diplomó como técnico químico, pero al decidirse por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió humanidades en Chile, y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, en la localidad de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y en 1966 dictó iguales materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires. De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máximo de San Miguel, cuya licenciatura obtuvo.
Pasó por Alcalá de Henares (España)
Sacerdocio: El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote. En 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973, su profesión perpetua. Fue maestro de novicios en la residencia Villa Barilari, de San Miguel (años 1972/73), profesor en la Facultad de Teología y Consultor de la Provincia y Rector del Colegio Máximo.
Episcopado: El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo designó Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año recibió en la Catedral primada la ordenación episcopal, y fue promovido a Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997. De dicha sede arzobispal es titular desde el 28 de febrero de 1998, cuando se convirtió en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Argentina. Sucedió en el cargo al Cardenal Antonio Quarracino.
Pastor de los fieles del rito oriental
Es Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en la Argentina y que no cuentan con Ordinario de su propio rito. En la Conferencia Episcopal Argentina ha sido vicepresidente (2002-2005); y como miembro de la Comisión Ejecutiva ha sido miembro de la Comisión Permanente representando a la Provincia Eclesiástica de Buenos Aires. Ha integrado, además, las comisiones episcopales de Educación Católica y de la Universidad Católica Argentina, de la que es Gran Canciller.
Cardenalato: Creado Cardenal presbítero el 21 de febrero del 2001; recibió la birreta roja y el título de San Roberto Belarmino. Asistió como Relator General Adjunto a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos, Ciudad del Vaticano realizado del 30 de setiembre al 27 de octubre de 2001. En la Santa Sede, forma parte de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, la Congregación para el Clero, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Asimismo, integra el Pontificio Consejo para la Familia, la Comisión para América Latina (CAL) y el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos. Participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005. Asistió a la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, 2 al 23 de octubre de 2005. Miembro del consejo post-sinodal de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El 9 de noviembre de 2005 fue electo Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, para el trienio 2005-2008.
En la Santa Sede es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; y del Pontificio Consejo para la Familia.
Libros y escritos
Entre sus escritos figuran Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986), Reflexiones de esperanza (1992).