Secretario, prefecto y cada vez más influyente
Don Georg Gänswein fue consagrado arzobispo y confirma su papel al lado de Benedicto XVI
por Andrea Tornielli
En San Pedro, Benedicto XVI consagró obispo a su secretario particular, Georg Gänswein, de 56 años, y nuevo Prefecto de la Casa Pontificia. Un nombramiento sin precedentes, pues don Georg ahora se encargará de las audiencias oficiales y seguirá siendo la sombra del Papa. La consagración llega a doce meses de que comenzara el escándalo de los “vatileaks” y se trata de un evidente reconocimiento por el trabajo que llevó a cabo, pero también se trata de una consecuencia del escándalo que sacudió al Vaticano.
El nuevo Prefecto tiene un sitio web dedicado a él (http://www.georgganswein.com/), y desde 2005, cuando comenzó su carrera como secretario del nuevo Pontífice, los medios de comunicación no le dan tregua e incluso llegaron a compararle con George Clooney. Se volvió muy famoso el elogio que le dedicó la señora Franca Ciampi durante la primera visita de Ratzinger al Quirinale.
En una entrevista con la Radio Vaticana, cuando cumplió cincuenta años, don Georg dijo al respecto de los comentarios sobre su aspecto físico: «Hice finta de no haber escuchado y con el tiempo me he acostumbrado».
También reveló que tiene «una relación serena y muy natural con las mujeres». Con el paso del tiempo, cuando se comenzaron a enfriar los chismes sobre “Georg el guapo”, su papel al lado del Papa se fue reforzando y se fue volviendo cada vez más decisivo.
Nació el 30 de julio de 1956 en Reidern am Wald, Alemania, en la región de la Selva Negra, y es el mayor de cinco hermanos. Antes de entrar al seminario obtuvo la licencia de piloto y durante un breve periodo de tiempo fue cartero. Apasionado del deporte y muy buen tenista, también fue maestro de esquí.
Todavía ahora, si tiene algún martes libre, va con sus amigos a esquiar en el Terminillo. Fue ordenado sacerdote en la diócesis de Friburgo en 1984 y fue llamado a Roma en 1996 para ofrecer sus servicios en el ex Santo Oficio, en donde conquistó la fama de sacerdote severo en las cuestiones de fe.
En 2003, poco antes de ser elegido Papa, Joseph Ratzinger le eligió como su secretario. Durante los últimos años, Gänswein se ha ocupado de los textos dedicados al pontificado, ha escrito prefacios para diferentes volúmenes e incluso para libros de fábulas inspiradas en la figura de Benedicto XVI.
En el Vaticano cuenta como amigos al subsecretario de las relaciones con los estados, Ettore Balestrero, y siempre ha tenido muy buenas relaciones con el jefe de la Gendarmería vaticana, Domenico Giani.
Muy sensible con el mundo tradicionalista, como pez en el agua en los ambientes de la nobleza papal (es muy conocida su amistad con la princesa Alessandra Borghese), don Georg ha cultivado, como es natural, muchas amistades y relaciones en ámbito político.
En el último año, con la llegada de Mario Monti al gobierno italiano, la influencia de Gänswein se ha reforzado todavía más, sobre todo gracias a su relación con Federico Toniato, el vice secretario de Palacio Chigi, que se está ocupando ahora de la facción política de Monti de cara a las próximas elecciones italianas.
La difusión de los documentos reservados de la secretaría papal fue un golpe muy duro para don Georg, que durante años trabajó al lado del mayordomo Paolo Gabriele. A pesar de las dificultades y de algunos enemigos, Gänswein se reforzó con la gestión del caso de los “vatileaks”.
El gesto del Papa de nombrarle Prefecto de la Casa Pontificia deja claro el afecto y la estima de Ratzinger hacia su secretario, que hace algún tiempo comparó su papel al de un vidrio: «Debo dejar entrar el sol, y el vidrio, entre menos se note, mejor; y si no se ve quiere decir que hace bien su trabajo».
El nuevo Prefecto tiene un sitio web dedicado a él (http://www.georgganswein.com/), y desde 2005, cuando comenzó su carrera como secretario del nuevo Pontífice, los medios de comunicación no le dan tregua e incluso llegaron a compararle con George Clooney. Se volvió muy famoso el elogio que le dedicó la señora Franca Ciampi durante la primera visita de Ratzinger al Quirinale.
En una entrevista con la Radio Vaticana, cuando cumplió cincuenta años, don Georg dijo al respecto de los comentarios sobre su aspecto físico: «Hice finta de no haber escuchado y con el tiempo me he acostumbrado».
También reveló que tiene «una relación serena y muy natural con las mujeres». Con el paso del tiempo, cuando se comenzaron a enfriar los chismes sobre “Georg el guapo”, su papel al lado del Papa se fue reforzando y se fue volviendo cada vez más decisivo.
Nació el 30 de julio de 1956 en Reidern am Wald, Alemania, en la región de la Selva Negra, y es el mayor de cinco hermanos. Antes de entrar al seminario obtuvo la licencia de piloto y durante un breve periodo de tiempo fue cartero. Apasionado del deporte y muy buen tenista, también fue maestro de esquí.
Todavía ahora, si tiene algún martes libre, va con sus amigos a esquiar en el Terminillo. Fue ordenado sacerdote en la diócesis de Friburgo en 1984 y fue llamado a Roma en 1996 para ofrecer sus servicios en el ex Santo Oficio, en donde conquistó la fama de sacerdote severo en las cuestiones de fe.
En 2003, poco antes de ser elegido Papa, Joseph Ratzinger le eligió como su secretario. Durante los últimos años, Gänswein se ha ocupado de los textos dedicados al pontificado, ha escrito prefacios para diferentes volúmenes e incluso para libros de fábulas inspiradas en la figura de Benedicto XVI.
En el Vaticano cuenta como amigos al subsecretario de las relaciones con los estados, Ettore Balestrero, y siempre ha tenido muy buenas relaciones con el jefe de la Gendarmería vaticana, Domenico Giani.
Muy sensible con el mundo tradicionalista, como pez en el agua en los ambientes de la nobleza papal (es muy conocida su amistad con la princesa Alessandra Borghese), don Georg ha cultivado, como es natural, muchas amistades y relaciones en ámbito político.
En el último año, con la llegada de Mario Monti al gobierno italiano, la influencia de Gänswein se ha reforzado todavía más, sobre todo gracias a su relación con Federico Toniato, el vice secretario de Palacio Chigi, que se está ocupando ahora de la facción política de Monti de cara a las próximas elecciones italianas.
La difusión de los documentos reservados de la secretaría papal fue un golpe muy duro para don Georg, que durante años trabajó al lado del mayordomo Paolo Gabriele. A pesar de las dificultades y de algunos enemigos, Gänswein se reforzó con la gestión del caso de los “vatileaks”.
El gesto del Papa de nombrarle Prefecto de la Casa Pontificia deja claro el afecto y la estima de Ratzinger hacia su secretario, que hace algún tiempo comparó su papel al de un vidrio: «Debo dejar entrar el sol, y el vidrio, entre menos se note, mejor; y si no se ve quiere decir que hace bien su trabajo».
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