El Papa, a los obispos franceses
«La belleza de la liturgia evangeliza más que innovaciones y adaptaciones subjetivas»
Benedicto XVI pidió respeto a las normas litúrgicas como «expresión del amor y la fidelidad a la fe de la Iglesia».
El Papa recibió este sábado al segundo grupo de obispos franceses dentro de la visita ad limina que está cursando esa conferencia episcopal en las últimas semanas.
Además de hacer referencia al Año de la Fe ("no tengamos miedo de hablar con vigor apostólico del misterio de Dios y del misterio del hombre, y de exponer incansablemente las riquezas de la doctrina cristiana"), y de una alusión implícita a la polémica que se libra en el país vecino por el matrimonio homosexual en el país vecino ("aportáis en estos debates una palabra indispensable de verdad que libera y ofrece esperanza a los corazones"), Benedicto XVI hizo un importante llamado de atención en materia litúrgica.
"La liturgia es la celebración el acontecimiento central de la historia humana: el sacrificio redentor de Cristo. Mediante ella, da testimonio del amor con que Dios ama a la humanidad, y de que la vida del hombre tiene un sentido, que está llamada a participar de la vida gloriosa de la Trinidad. La humanidad tiene necesidad de ese testimonio. Tiene necesidad de percibir, a través de las celebraciones litúrgicas, la conciencia que tiene la Iglesia del señorío de Dios y de la dignidad del hombre", dijo el Papa.
Y exhortó a los obispos franceses a tres medidas concretas para ofrecer ese testimonio adecuadamente: "Os animo a cultivar el arte de celebrar, a ayudar a vuestros sacerdotes en ese sentido, y a trabajar sin cesar en la formación litúrgica de los seminaristas y de los fieles".
Por último, recordó que "el respeto a las normas establecidas expresa el amor y la fidelidad a la fe de la Iglesia, al tesoro de la gracia que custodia y transmite. La belleza de las celebraciones, mucho más que las innovaciones y las adaptaciones subjetivas, evangeliza de forma duradera y eficaz".
Además de hacer referencia al Año de la Fe ("no tengamos miedo de hablar con vigor apostólico del misterio de Dios y del misterio del hombre, y de exponer incansablemente las riquezas de la doctrina cristiana"), y de una alusión implícita a la polémica que se libra en el país vecino por el matrimonio homosexual en el país vecino ("aportáis en estos debates una palabra indispensable de verdad que libera y ofrece esperanza a los corazones"), Benedicto XVI hizo un importante llamado de atención en materia litúrgica.
"La liturgia es la celebración el acontecimiento central de la historia humana: el sacrificio redentor de Cristo. Mediante ella, da testimonio del amor con que Dios ama a la humanidad, y de que la vida del hombre tiene un sentido, que está llamada a participar de la vida gloriosa de la Trinidad. La humanidad tiene necesidad de ese testimonio. Tiene necesidad de percibir, a través de las celebraciones litúrgicas, la conciencia que tiene la Iglesia del señorío de Dios y de la dignidad del hombre", dijo el Papa.
Y exhortó a los obispos franceses a tres medidas concretas para ofrecer ese testimonio adecuadamente: "Os animo a cultivar el arte de celebrar, a ayudar a vuestros sacerdotes en ese sentido, y a trabajar sin cesar en la formación litúrgica de los seminaristas y de los fieles".
Por último, recordó que "el respeto a las normas establecidas expresa el amor y la fidelidad a la fe de la Iglesia, al tesoro de la gracia que custodia y transmite. La belleza de las celebraciones, mucho más que las innovaciones y las adaptaciones subjetivas, evangeliza de forma duradera y eficaz".
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