La presidirá un laico, Ivano Dionigi
El Papa crea una academia para promover el latín entre sacerdotes y seminaristas
El motu proprio «Latina Lingua» establece el organismo, que dependerá del Pontificio Consejo para la Cultura.
Este sábado Benedicto XVI ha promulgado la carta apostólica Latina Lingua, en forma de motu proprio, mediante el cual instituye la Pontificia Academia de la Latinidad, que dependerá orgánicamente del Pontificio Consejo para la Cultura que preside el cardenal Gianfranco Ravasi.
Asimismo, ha designado como presidente de la Academia al laico Ivano Dionigi, de 64 años, prestigioso latinista, profesor y rector del Alma Mater Studiorum de la Universidad de Bolonia, y como secretario al sacerdote y religioso Roberto Spataro, de la Universidad Pontificia Salesiana.
El motu proprio resalta que "la lengua latina siempre ha sido tenido en altísima consideración por la Iglesia católica y por los romanos pontífices, que con frecuencia han promovido su conocimiento y difusión, y han hecho de ella su propia lengua, capaz de transmitir universalmente el mensaje del Evangelio".
El Papa recuerda la constitución apostólica Veterum Sapientia promulgada por el Beato Juan XXIII en 1962, a las puertas del Concilio Vaticano II, y de la que se cumplen ahora cincuenta años, y que iba dirigida en el mismo sentido que Lingua Latina.
Hoy también, continúa el Papa, el conocimiento del latín y de la lengua latina resulta necesario "para numerosas disciplinas eclesiásticas como, por ejemplo, la teología, la liturgia, la patrística y el derecho canónico, como enseña el Concilio Vaticano II (Optatam totius, 13). Además, en esa lengua están redactados, en su forma típica, y justo para poner de manifiesto la índole universal de la Iglesia, los libros litúrgicos del rito romano, los más importantes documentos del magisterio pontificio y los actos oficiales más solemnes de los romanos pontífices".
"Por tanto", continúa, "se revela urgente sostener el compromiso de un mayor conocimiento y un uso más competente de la lengua latina, tanto en el ámbito eclesial como en el más vasto mundo de la cultura".
Para todos esos fines crea Benedicto XVI la Pontificia Academia de la Latinidad, con un reglamento ad experimentum de cinco años que establece las figuras y competencias del presidente, el secretario, los consejeros y la asamblea de académicos. El artículo 2 declara que sus fines son "favorecer el conocimiento y el estudio de la lengua y de la literatura latina, tanto clásica como patrística, medieval y humanística, en particular en las instituciones formativas católicas donde se forman e instruyen seminaristas y sacerdotes"; y también "promover en los diversos ámtibos el uso del latín como lengua escrita y hablada".
Entre los diversos medios para alcanzar este fin, el Papa propone "educar a las jóvenes generaciones en el conocimiento del latín".