Miércoles, 27 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Santa Hildegarda de Binguen

¿Es eficaz el remedio contra la calvicie de una santa del siglo XII y Doctora de la Iglesia?

Podría ser algo revolucionario. Los consejos de una santa para evitar la caída del cabello y, también, la caspa.

Luis del Real Espanyol / ReL

Un calvo
Un calvo

Santa Hildegarda de Binguen no es una charlatana de feria, ni una curandera de esas que dan voces por la calle reclamando a clientes ingenuos, ni una bruja que pone dos velas negras como remedio a todo mal. No. Es una santa del siglo XII y futura Doctora de la Iglesia por expreso deseo de Benedicto XVI. 

Mujer poco instruída
Tampoco fue una mujer especialmente instruída. Sabía leer y escribir, pero no recibió la menor instrucción humana.

Se le considera una experta en medicina pero apenas salió del convento. ¿De dónde viene entonces la fama de Santa Hildegarda y su famosa "medicina de Dios"?

Sabiduría revelada al alma
La santa alemana dejó escrito que "desde mi niñez no he estado segura ni un instante... soy una niña humana sin formación, que no ha sido instruída de ningún modo en las cosas de fuera, sino sólo se me ha enseñado en mi interior a través de mi alma, así que solamente puedo hablar como en dudas".

La futura Doctora de la Iglesia reveló en más de una ocasión de dónde venía tanta sabiduría en campos tan diversos como la mística, la música o la medicina: "La Luz de la caridad que me enseñó la sabiduría me ordena contar cómo me han venido estas visiones. Lo que sigue no lo digo con mis propias palabras, sino con las que me pone en la boca la sabiduría verdadera para que me exprese sobre mí; y me dice así:  Escucha estas palabras, ser humano, e informa de ellas, no desde tu punto de vista, sino desde el Mío. Habla sobre tí misma como Yo te enseño".

Libro de medicina
Esa "Luz" que le pone en su boca "la sabiduría verdadera" es la que le dictó entre 1151 y 1158, varias obras muy diversas, llamadas "menores", dos de las cuales son de asunto médico y dietético, y las dictó como un todo único llamado "Libro de la sutileza de la diversa naturaleza de las cosas creadas" (Liber subtilitatum diversarum naturarum creaturarum).

"Cuarenta años después de su muerte -señala José María Sánchez de Toca, estudioso de la santa- esta obra ya estaba separada en dos: Libro de Medicina Sencilla, (Liber simplicis medicinae) también conocido como Física (Physica) y Libro de Medicina Compleja (Liber compositae medicinae) más conocido como Causae et Curae, (Causas y Remedios)".

En ese libro de medicina simple, Santa Hildegarda describe la utilidad para el hombre de las cosas creadas más comunes: las plantas, los elementos, los árboles, las piedras, los peces, los pájaros, los animales terrestres, los reptiles y los metales; e indica la utilidad directa de las criaturas más corrientes.

¿Cómo evitar la caída del cabello?
José María Sánchez de Toca y Rafael Renedo, los dos máximos expertos españoles en la vida y obra de la santa alemana, señalan en su último artículo Santa Hildegarda y la caída del cabello publicado en su blog Santa Hildegarda. Doctora de la Iglesia que está alojado en Religión en Libertad los remedios que ofrecía la futura Doctora de la Iglesia a sus contemporaneos sobre la preocupación, tan universal, por conservar el cabello y evitar su caída.

Sánchez de Toca y Renedo escriben en su artículo que "Santa Hildegarda dice que `el cerebro es húmedo y de aquella humedad crece pelo en la cabeza´ (Causae, 77), en lo que hay que entender que la cabeza recibe mucho riego sanguíneo, que también alimenta la cabellera".

"Más adelante señala la relación que existe entre calvicie y barba: `Muchísimas veces ocurre que quienes tienen la calva grande y amplia, tienen también la barba grande y amplia, y quienes tienen la barba débil y escasa, tanto más cabello tienen en la cabeza´(Causae, 176)".

El remedio contra la calvicie de la santa
"Como remedio para la caída incipiente del cabello de los adolescentes, dice: `Cuando al hombre se le empiezan a caer los primeros cabellos ya de adolescente, tome grasa de oso así como un poco de cenizas de un haz de paja de trigo y candeal, y mézclelo todo y a continuación úntese la cabeza con ello, en concreto donde los cabellos han empezado a volar de su cabeza. Después, deje de hacerlo, pero no lave este ungüento de la cabeza; de este modo, los cabellos que aun no se hayan caido quedarán impregnados y fortalecidos por esta mezcla, de tal forma que en mucho tiempo no se caerán. Se ha de hacer así con frecuencia y se ha de estar sin lavar la cabeza. Pues el calor de la grasa de oso es de tal naturaleza que suele hacer crecer numerosos cabellos, y las cenizas de paja de trigo y candeal lo fortalecen para que no caiga pronto. Cuando todo ello se mezcla convenientemente, como queda dicho, detiene la caída del cabello del hombre´. (Causae, 352)".

Los autores del artículo recuerdan que "en el siglo XII, cuando Santa Hildegarda dictó este texto, seguro que no era problema conseguir grasa de los muchos osos que pululaban por toda Europa (...) así que tendremos que esperar a que la industria farmacéutica se fije en este párrafo hildegardiano y averigüe los principios activos que sin duda están escondidos en la grasa de oso y las cenizas de paja de candeal".

Un remedio contra la caspa
"Pero no hay que desanimarse, porque Santa Hildegarda nos ofrece otro remedio por medio de una utilidad insospechada del ciruelo, cuya fruta por otra parte la Santa denuncia como dañina y peligrosa para sanos y enfermos, porque “aviva la melancolía, aumenta los humores amargos y hace burbujear las enfermedades”. (Physica, 3,7)".

Santa Hildegarda dice que: “A quien se le esté ajando [el pelo de] la cabeza o le salga caspa, que reduzca a cenizas cortezas y hojas de ciruelo, y con las cenizas haga lejía, y lávese la cabeza a menudo con esta lejía, y [la cabellera] se le pondrá clara y bonita y le crecerán muchos preciosos cabellos” (íbidem)

¿Estos remedios funcionan hoy en día?
El artículo Santa Hildegarda y la caída del cabello muestra ejemplos de como hoy también funcionan esos remedios dados a conocer en pleno siglo XII: "Helmut Posch, fundador de la Liga de Amigos de Hildegarda (Bund der Freunde Hildegards) comenta en su libro Was ist Hildegard-Medizin? (“¿Qué es la medicina hildegradiana?”): “¡Lo que darían los fabricantes de champú por encontrar un crecepelo que funcionara! Yo solo puedo asegurarles que algunos amigos de Santa Hildegarda han experimentado ya resultados sorprendentes con esta lejía: a uno le han crecido los pelitos para asombro de su peluquero, y a otro por fin se le quitó la caspa. Lo trabajoso es preparar esta lejía: Hay que descortezar ramas, recoger hojas, y quemarlo todo cuando esté seco. Entonces se meten las cenizas en agua caliente y se lava uno la cabeza frecuentemente con ella. Un señor de Niederdorf me escribe: “Puedo informarle acerca de la ceniza de corteza y hojas de ciruelo. Tenía mucha caspa con muchos picores. Con esta lejía conseguí un éxito aplastante para escarnio de tantos champús. Además, mi hermana me dice: Esta lejía sustituye también al robustecedor del cabello. No se me cae el pelo al lavarme la cabeza ni aparecen pelos en la almohada”. (Posch: Was ist Hildegard-Medizin?, pp.16-17)".

Por último, los autores del artículo reclaman una opinión a quienes prueben este remedio: "No lo hemos probado y no sabemos cómo será de eficaz este crecepelo (o más bien robustecedor de pelo), pero en todo caso no cuesta un euro y nos fiamos de Santa Hildegarda. Ya nos contarán ustedes".

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