Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI: los Papas en la tierra de los cedros

En 1964 fue el primer viaje de Pablo VI, después el de Juan Pablo II, en 1997, con la exhortación apostólica de esperanza para la tierra que había reconquistado la paz.

A 48 años de la visita del Papa Montini y a 15 de la de Juan Pablo II, la Iglesia de la República Libanesa y la del Medio Oriente acogerán nuevamente a un Pontífice: Benedicto XVI.

Llegará a El Líbano el viernes 14 de septiembre y pemanecerá allí hasta el domingo 16. Se trata de la tercera visita de un Papa a la tierra de los cedros, que tiene alrededor de 1 millón y medio de católicos, que equivalen al 41% de la población.

Pablo VI hizo una escala en el aeropuerto internacional de Beirut el 2 de diciembre de 1964, tras la cual prosiguió su viaje hacia la India. El país le ofreció una acogida sin precedentes. Era la época de los primeros viajes intercontinentales de un Pontífice y del entusiasmo, robustecido por la primavera de la Iglesia que se estaba llevando a cabo en Roma, del Concilio Vaticano II.

El 10 de mayo de 1997, en cambio, se llevó a cabo la histórica visita de Juan Pablo II, con el objetivo de sigilar la Exhortación Apostólica post-sinodal “Una nueva esperanza para El Líbano”.

Entonces, el Papa pidió a los jóvenes que velaran por la reedificación del propio país siguiendo los valores evangélicos para curar las heridas de décadas de guerra.

La visita de Benedicto XVI, ahora, se tiñe de un significado particular por los eventos de la actualidad y por las revoluciones que han sacudido el Norte de África y el Medio Oriente durante estos dos últimos años.

Será, con mucha probabilidad, uno de los viajes más difíciles de su Pontificado y el Papa no ha ni siquiera pensado aplazarlo, a pesar de la agudización del conflicto en Siria.

Mientras tanto, la evolución de la “primavera árabe” complica la situación de las distintas poblaciones y de los cristianos de la región.

Egipto, Túnez y Libia vieron la caída de sus gobiernos autoritarios; de forma más o menos cruel las calles y plazas árabes se “incendiaron” hasta involucrar incluso a los países del Golfo.

Prácticamente, en casi toda la región del Mediterráneo, se vive una transformación histórica, en la que, por primera vez, se habla de derechos y democracia, pero al mismo tiempo han asumido las riendas de la situación los grandes partidos islámicos, como los Hermanos musulmanes, por lo que se pondrá a prueba el pluralismo y la libertad.

Todo un mundo que está cambiando y en medio de esta situación las comunidades cristianas viven con esperanza y temor. En conjunto y por ahora, las revoluciones árabes no han visto el surgimiento de fenómenos de persecución anti-cristiana, como han indicado diferentes nuncios apostólicos de los diferentes países de la zona.

El hecho de que los cristianos formen una parte fundamental en el mundo político libanés es un elemento de enorme importancia en una zona en la que la presencia musulmana es la que domina, aunque los seguidores de Cristo tengan también puestos de representación. Los cristianos de las instituciones libanesas representan una garantía para el respeto de la libertad religiosa, una forma de defensa para todos los fieles que viven en el Medio Oriente árabe e islamizado.

Mientras tanto, el patriarca maronita, monseñor Bechara Rai, expresó su deseo de que la visita del Papa refuerce el mensaje de paz para todo el Medio Oriente: «Los cristianos no pueden olvidar su identidad y tienen un mensaje que difundir en El Líbano y en Medio Oriente», dijo el prelado durante una homilía en la Iglesia de San Antonio el Grande, en la población de Fuwata, en la región de Chuf, en donde se encontraba llevando a cabo una visita pastoral.

El padre Marwan Tabet, coordinador de la visita papal, en una entrevista con la Radio Vaticana afirmó que «lo que más me ha conmovido es el hecho de que todas las confesiones en El Líbano están listas para dar la bienvenida al Papa y que muchas iniciativas fueron emprendidas por nuestros hermanos musulmanes en El Líbano».

¿Quién es quién?
La República Libanesa comprende en su territorio un conjunto de religiones y confesiones. Entre ellas, hay cuatro Patriarcas católicos: los líderes de las Iglesias maronita, griega, armena y siria. Las Iglesias caldea y latina están representadas por obispos. El estado libanés reconoce que hay 12 Iglesias presentes en su territorio.

En 2012, el 40% de los libaneses se declara católico, mientras que en el último censo oficial de la población, de 1932, eran el 51%. Los más numerosos entre los cristianos son los maronitas, después vienen los greco-ortodoxos y los greco-católicos.

Iglesias Católicas:
Iglesia maronita, con sede patriarcal en Bkerke (Líbano)

Iglesia greco-melequita católica, con sede patriarcal en Damasco (Siria)

Iglesia armeno-católica, con sede patriarcal en Beirut (Líbano)

Iglesia sirio-católica, con sede patriarcal en Beirut (Líbano)

Iglesia caldea, con sede patriarcal en Bagdad (Irak)

Iglesia latina, con sede patriarcal en Jerusalén (Israel)

Iglesias Ortodoxas:
Iglesia greco-ortodoxa, con sede patriarcal en Damasco (Siria)

Iglesia armeno-ortodoxa, con sede patriarcal en Antelias (Líbano)

Iglesia sirio-ortodoxa, con sede patriarcal en Damasco (Siria)

Iglesia asiria, con sede patriarcal en los Estados Unidos

Iglesia copto-ortodoxa, con sede patriarcal en El Cairo (Egipto)

Iglesias Protestantes:
En la República Libanesa están presentes los evangélicos, bautistas, episcopalianos y anglicanos.