¡Viva el Cardenal Martini! Texto auténtico de su ´Testamento espiritual´.

Hoy recuerdo aquella mañana soleada del mes de julio, en Lourdes. Su figura alta y principesca se recortaba sobre el suelo. Iba solo, pero fue sólo un instante: enseguida empezó acercársele gente y unos chavales, vestidos de boy-scouts, hicieron un cordón a su alrededor. A mí me recordaba un personaje de Visconti. Supongo que yo también pensé en acercarme y hablarle, pero ¿para decirle qué?, ¿que ya entonces le admirábamos? No hubiera merecido la pena. Nos fuimos y le dejamos ir.

Desde entonces he seguido su trayectoria de intelectual metido a obispo de la mayor sede de la Iglesia. No le tocaron tiempos fáciles, pero ser el prelado de Milán siempre es así. No obstante siguió escribiendo, organizando coloquios y diálogos que, por lo visto, nadie más se atrevía a hacer. En realidad llevaba tiempo soñando con su amada Jerusalén, a donde se retiró en cuanto fue aceptada su jubilación, pero tuvo que volver porque según él mismo contaba: “es una ciudad muy buena para morir, pero muy mala para ser un moribundo”. Así que la muerte le sorprendió en Italia.

Y la noticia de su muerte ha sido una de las más citadas y leídas: New Yorks Times, BBc, Le Figaro…No es casualidad. De alguna manera se sentía que era un cardenal diferente. Las noticias y comentarios que he podido leer desde el viernes pasado me lo han confirmado de sobra.

Curiosamente ahora le critican. Algunas de las cosas que se dicen (el tildarle de “progre”) me parecen profundamente injustas y falsas. El acusarle connivencia con los poderes de nuestra sociedad me parece una calumnia  (recomiendo  leer lo escrito al respecto por el teólogo y obispo de Chieti-Vasto, Bruno Forte). Debo manifestar lo lejos que me siento a nivel de pensamiento sobre lo que es la Iglesia y el cristianismo en general con algunos de los hermanos que los han escrito. El Señor me permita superar mi propio pecado y amarles de todo corazón.

Sólo quiero decirles que yo admiraba al Carlo M. Martini. No le idealizo. Sé que le costaba ser cercano a la gente, y posiblemente tenía otros defectos que desconozco. Pero admiro su valentía, su amor por la Palabra de Dios y su sabiduría. En cuanto a su pensamiento confieso un acuerdo con él y una sintonía total. No voy a decir más y añado, como prometía en el título de este blog, la entrevista realizada el pasado 8 de Agosto y que ha publicado recientemente la Corriere della Sera. Lo he traducido personalmente, y aunque no creo que sea en absoluto su “Testamento espiritual” (para eso mucho mejor leer Conversaciones nocturnas en Jerusalén) sí pienso  que merece ser leído.

A sus críticos les pediría que lo leyeran también (así como el citado libro)  y que me digan si en uno en otro encuentran algún error teológico, algo que vaya en contra de la fe o las costumbres de nuestra madre la Iglesia.

Un abrazo a todos.

Sí, a todos. Como hubiera querido él.

ENTREVISTA REALIZADA AL CARDENAL C. M .MARTINI  POR GEORG SPORSCHILL SJ,  Y FEDERICA R. FOSSATI CONFALONIERI. 8 DE AGOSTO 2012. Corriere della Sera .

¿Cómo ve la situación de la Iglesia?
"La Iglesia está cansada  en Europa y América. Nuestra cultura ha envejecido, nuestras Iglesias son grandes, nuestras casas religiosas están vacías y la burocracia de la Iglesia, aumenta. Nuestros rituales y nuestra ropa son pomposos. ¿Expresan estas cosas lo que somos hoy en día? (...) El bienestar nos pesa. Nos quedamos ahí, como el joven rico que se fue triste cuando Jesús lo llamó para hacerle su discípulo. Sé que no podemos dejarlo todo con facilidad, pero por lo menos podríamos buscar hombres que fueran libres y cercanos al prójimo como fueron el obispo Romero y los mártires jesuitas de El Salvador. ¿Dónde están los héroes que nos inspiran? Por ningún razón debemos limitarlos con las trabas de la institución ".

¿Quién puede ayudar a la Iglesia hoy en día?
"Al  padre Karl Rahner les gustaba usar la imagen de las brasas escondidas bajo las cenizas. Lo que veo en la Iglesia de hoy es tanta ceniza sobre las brasas que a menudo me invade una sensación de impotencia. ¿Cómo se puede liberar el fuego de la ceniza con el fin de reavivar la llama del amor? Primero tenemos que buscar este fuego. ¿Dónde están esas personas llenas de generosidad como el buen samaritano? ¿Quién tiene fe como el centurión romano? ¿Quiénes son entusiastas como Juan el Bautista? ¿Quiénes  se atreven con lo nuevo como Pablo? ¿Quiénes son fieles como María Magdalena? Aconsejo el Papa y los Obispos a buscar a doce personas “de fuera” para los ocupar lugares de dirección. Hombres que estén cerca de los más pobres, que estén rodeados de jóvenes y que experimenten cosas nuevas. Necesitamos  la comparación con hombres que ardan, para que el espíritu pueda difundirse por todas partes.”

 
¿Qué herramientas se recomienda contra la fatiga de la Iglesia?

"Yo recomiendo tres muy fuertes. La primera es la conversión: la Iglesia debe reconocer sus errores y seguir un proceso de cambio radical, empezando por el Papa y los obispos. Los escándalos de pedofilia nos empujan a emprender un camino de conversión. Las preguntas acerca de la sexualidad y todos los temas relacionados con el cuerpo son un ejemplo. Estos son importantes para todo el mundo y, en ocasiones, tal vez son demasiado importantes. Debemos preguntarnos si la gente sigue escuchando los consejos de la Iglesia en materia sexual. ¿En este campo la Iglesia sigue siendo una autoridad o sólo es ya una caricatura en los Medios? La segunda es la Palabra de Dios. El Concilio Vaticano devolvió la Biblia para los católicos. (...) Sólo la persona que percibe en su corazón esta palabra puede ser parte de los que ayudan a la renovación de la Iglesia y responderán a las preguntas personales con una elección acertada. La Palabra de Dios es simple y busca como compañero un corazón que escuche (...). Ni el clero ni el derecho Canónico  pueden sustituir a la interioridad del hombre. Todas las reglas externas, leyes, dogmas, son elementos para aclarar la voz interior y el discernimiento de los espíritus. ¿Para qué están los sacramentos? Estos son el tercer instrumento de sanación. Los sacramentos no son una herramienta para la disciplina, sino una ayuda a los hombres para el camino y las flaquezas de la vida. ¿Llevamos los sacramentos a las personas que necesitan fuerzas renovadas? Pienso en todas las parejas divorciadas y vueltas a casar, en las  “familias extendidas”. Esta gente necesitas necesita una protección especial. La Iglesia está a favor de la indisolubilidad del matrimonio. Es una gracia cuando un matrimonio y una familia están en peligro (...). La actitud que tomemos hacia las familias extendidas determinará la cercanía de la Iglesia a la generación de los hijos. Una mujer fue abandonada por su marido y tiene una nueva pareja que cuida de ella y sus tres hijos. El segundo amor fracasa. Si esta familia es objeto de discriminación, se corta, no sólo a la madre sino también a sus hijos. Si los padres están fuera o no sienten el apoyo de la Iglesia, esta perderá la próxima generación. Antes de la Comunión oramos: "Señor, no soy digno ." Sabemos que no somos dignos (...). El amor es la gracia. El amor es un regalo. Hay que darle la vuelta a la pregunta de si  los divorciados pueden tomar la Comunión. ¿ [la cuestión es] Cómo puede la Iglesia llegar a ayudar con el poder de los sacramentos a los que tienen situaciones familiares complejas? "

¿Qué  es lo que hace usted personalmente?
"La Iglesia se ha quedado atrás 200 años. ¿Cómo no vamos a agitarnos? ¿Tenemos miedo? ¿Miedo en lugar de valor? Sin embargo, la fe es el fundamento de la Iglesia. La fe, la confianza y el valor. Yo soy ya viejo y enfermo y dependo de otros. La buena gente a mi alrededor me hace sentir el amor. Este amor es más fuerte que el sentimiento de desconfianza que a veces se percibe hacia la Iglesia en Europa. Sólo el amor vence la fatiga. Dios es amor. Todavía tengo una pregunta para ti: ¿Qué puedes hacer tú por la Iglesia "?.