Un mensaje de Primera Comunión en un globo llegó devuelto once años después

Desde hace décadas, cuando los niños de la parroquia de San Marcos en Edgewood (Iowa, Estados Unidos) hacen la Primera Comunión, el domingo siguiente a Pascua se reúnen en el césped delante de la iglesia y sueltan al aire globos de colores. Cada globo contiene un poema y un mensaje espiritual personal, y la petición a quien lo encuentre de avisar de su recepción.

Así lo hizo en 2001 Abbie Steger, entonces una niña. Y cuál no sería su sorpresa al saber hace unos días, ahora que es una estudiante de veinte años en la Universidad del Norte de Iowa, que una persona se acaba de poner en contacto con el párroco al encontrar el mensaje.

Nunca hasta ahora más de un año
La mayor parte se pierden, y si alguno vuelve, suele ser en los primeros meses después del lanzamiento, un año lo más tarde. No había la experiencia de hallazgos una década después, y de ahí que el asunto se haya convertido en noticia que recoge The Witness, el diario de la diócesis de Dubuque, en Iowa.

"Es increíble", dice Abbie, "nunca pensé que volvería". "La nota estaba muy deteriorada, pero se podía leer", añade Jody Kerns, actual directora de educación religiosa de San Marcos. Los mensajes van plastificados, pero una década supone mucho tiempo y muchas vicisitudes. "Hemos recibido algunas incluso con el globo aún atado", añade.

Y ¿hasta dónde había llegado el globo? Pues hasta una granje en Hatfield (Wisconsin), unos doscientos kilómetros al noreste de su punto de partida. Allí debió explotar, quién sabe cuándo, y el mensaje cayó en una propiedad del matrimonio que forman Mark y Kathy Harwick. Tras una inundación, apareció atascado en una alcantarilla, entre el barro.

El caso es que Mark descubrió la nota por el pequeño arco iris que formó el plástico humedecido con el sol. Ese hermoso detalle, y el hecho de que las palabras escritas por la Abbie niña le confortaron espiritualmente justo cuando estaba pasando un mal momento -la información no detalla por qué-, animaron al matrimonio a dar cuenta del hallazgo a la parroquia originaria.

"Esto me hace ver que Dios sigue ahí fuera, una simple nota puede marcar la diferencia", dice la joven que la escribió siendo niña.

La Primera Comunión, un día de alegría
Semanas antes de la Primera Comunión, los niños de San Marcos tienen un día entero de retiro, y es entonces cuando preparan los globos

Aunque el mensaje de Abbie ha sido el que más ha tardado en encontrarse, no ha sido el más lejano. Una vez llegaron noticias del hallazgo de uno en las Smoky Mountains de Tennessee, casi ochocientos kilómetros al sureste de Edgewood.

El hombre que encontró aquella nota "escribió una carta preciosa", dice Jody: "Todos los domingos salía a pasear y rezar al bosque. En cuanto la encontró, volvió a la iglesia y todos allí rezaron por el niño que la había escrito".

En otro caso, añade Kerns, una mujer se encontró el globo a la puerta de su casa cuando volvía del funeral de un familiar: "Lo interpretó como una señal de que estaba en el cielo".

Cada retorno de un mensaje, dice Jody, sirve para recordar cuál es la razón última de soltar los globos: "Aumenta la alegría de ese día. La Primera Comunión es una ocasión muy alegre, significa un sentimiento de pura alegría".