Contundente reacción
La Iglesia Ortodoxa Búlgara condena la marcha del Orgullo Gay en Sofía
Los obispos piden a los padres y profesores "no permitir a los niños ni alumnos participar o ser testigos de esta demostración tan insana".
El Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Búlgara condenó ayer, como viene haciendo cada año, la marcha del orgullo gay convocada en Sofía para el 30 de junio, la quinta desde la caída del comunismo en este país balcánico.
«El Santo Sínodo, el clero y los cristianos ortodoxos nuevamente nos oponemos de forma categórica a la organización de un acto tan inmoral. Compartimos la irrevocable convicción de la Iglesia Ortodoxa de que la homosexualidad es una pasión antinatural que daña inevitablemente la personalidad, a la familia y la sociedad», indicó la jerarquía ortodoxa en un comunicado.
La Iglesia ha añadido a la declaración unas citas de la Biblia que predican que el ser humano es una creación de Dios, quien decidió que la humanidad fuera de dos sexos, hombre y mujer, y que "al juntar sus cuerpos uno a otro, fueran ambos una misma carne".
Los clérigos piden a los padres y profesores "no permitir a los niños ni alumnos participar o ser testigos de esta demostración tan insana", que "crea una situación tendente a la seducción, la tensión y los conflictos".
Los organizadores de la parada gay, que desfilará por el centro de Sofía y cuya ruta se guarda en secreto por motivos de seguridad, respondieron a la Iglesia con una carta abierta en la que exigen que los clérigos condenen las incitaciones a la violencia.
Los organizadores, entre ellos varias ONG de defensa de derechos individuales, se mostraron indignados por los recientes llamamientos de un sacerdote de la ciudad de Sliven (Bulgaria central), que incita "a los que se consideran cristianos y búlgaros a lanzar piedras contra los participantes de la marcha gay".
Además, el cura, Eugenio Yanakiev, propone que sean ahogados "todos los alcaldes y ministros que toleran tales actos de manifestación" homosexual.
La Fiesta del Orgullo Gay genera cada año polémica entre diferentes grupos sociales en Bulgaria, incluidos choques violentos organizados por grupos extremistas y nacionalistas que en pasadas ediciones lanzaron cócteles molotov, piedras y botellas contra los participantes en el desfile.
«El Santo Sínodo, el clero y los cristianos ortodoxos nuevamente nos oponemos de forma categórica a la organización de un acto tan inmoral. Compartimos la irrevocable convicción de la Iglesia Ortodoxa de que la homosexualidad es una pasión antinatural que daña inevitablemente la personalidad, a la familia y la sociedad», indicó la jerarquía ortodoxa en un comunicado.
La Iglesia ha añadido a la declaración unas citas de la Biblia que predican que el ser humano es una creación de Dios, quien decidió que la humanidad fuera de dos sexos, hombre y mujer, y que "al juntar sus cuerpos uno a otro, fueran ambos una misma carne".
Los clérigos piden a los padres y profesores "no permitir a los niños ni alumnos participar o ser testigos de esta demostración tan insana", que "crea una situación tendente a la seducción, la tensión y los conflictos".
Los organizadores de la parada gay, que desfilará por el centro de Sofía y cuya ruta se guarda en secreto por motivos de seguridad, respondieron a la Iglesia con una carta abierta en la que exigen que los clérigos condenen las incitaciones a la violencia.
Los organizadores, entre ellos varias ONG de defensa de derechos individuales, se mostraron indignados por los recientes llamamientos de un sacerdote de la ciudad de Sliven (Bulgaria central), que incita "a los que se consideran cristianos y búlgaros a lanzar piedras contra los participantes de la marcha gay".
Además, el cura, Eugenio Yanakiev, propone que sean ahogados "todos los alcaldes y ministros que toleran tales actos de manifestación" homosexual.
La Fiesta del Orgullo Gay genera cada año polémica entre diferentes grupos sociales en Bulgaria, incluidos choques violentos organizados por grupos extremistas y nacionalistas que en pasadas ediciones lanzaron cócteles molotov, piedras y botellas contra los participantes en el desfile.
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