El Papa a través de la mirada de nueve vaticanistas
Benedicto XVI o cómo pasar de «rottweiler de la fe» a un padre que se hace querer
De una desconfianza inicial a un gran interés. Benedicto XVI es un papa que mejoró notablemente su imagen.
De una desconfianza inicial a un gran interés. Benedicto XVI es un papa que mejoró notablemente su imagen. De una figura mediática inicial que lo presentaba como el panzer cardinal, un rottweiler de la fe, a la realidad de hoy: un intelectual gentil y humilde que aprendió a moverse entre la gente, una figura paterna que se ha hecho querer. Un reformador que no ha perdido nunca de vista su finalidad: la de anunciar Cristo al mundo y acercar a todos a la Iglesia. Un papa que enfrentó en primera línea y sin esconderse problemas tremendos como el de los abusos sexuales, ganándose así muchos enemigos.
Esta es la imagen que se desprende de algunas entrevistas que ZENIT realizó a varios corresponsales y vaticanistas que siguen el pontificado de Benedicto XVI, incluso si algunos de ellos consideran que la dificultad de comunicar aún persiste. A continuación les presentamos algunos testimonios recogidos por ZENIT.
Giovanna Chirri, vaticanista de la agencia italiana ANSA.
“Este papa es un teólogo que si bien se volvió reformador, nunca perdió de vista su finalidad: anunciar Cristo al mundo. Se encontró con un montón de problemas, baste pensar a los casos de pedrastria y a la reforma financiera. Intervino con decisión. También la fuga de noticias y aquí intervino dentro de lo que se podía hacer. En su predicación de estos últimos días y en la semana santa, me parece evidente que la finalidad principal ha sido la de difundir la fe y que el mundo sea capaz de anunciar a Cristo”.
Federic Mounier, enviado permanente del cotidiano francés La Croix en Roma.
“He descubierto aquí en Roma una realidad diversa sobre Benedicto de lo que es su imagen en Francia. Este papa no es el panzer cardinal, sino un intelectual humilde, muy atento a escuchar a la gente, pero temo que su posición no sea debidamente escuchada hoy porque está afuera de las reglas habituales de la comunicación mediática. Porque él habla en profundidad, porque es un intelectual.
Se toma el tiempo necesario para pensar, no se basa en las emociones. Por lo tanto su pensamiento es muy interesante pero lejano de la capacidad de la gente. Creo sea un gran desafío de su pontificado.
Juan Lara, de la agencia EFE.
“Personalmente tuve siempre más o menos la misma percepción sobre Benedicto XVI, porque siempre he seguido el Vaticano, pero ciertamente ha habido un cambio. O sea, al inicio de su pontificado se le veía como una persona demasiado seria, ortodoxa, conservadora. Pero con los hechos ha demostrado que es una persona amable con un pensamiento social bastante avanzado. Un hecho significativo durante su pontificado vino a flote: los casos de los abusos sexuales y la pedrastria. El papa afrontó el caso incluso poniéndose mucha gente en contra, pero no le importó con tal de hacer limpieza, y esto es significativo. El enfrentó el escándalo en primera línea”.
Patricia K. Thomas APTN. Associate Press Television News.
Como periodista lo veo desde cerca, creo que haya cambiado desde el inicio del pontificado porque es un hombre humilde y dispuesto a escuchar. Si me piden como lo ven en Estados Unidos, en estos días con el caso de un grupo de monjas americanas hubo una rabia que se desahogó via internet contra él y el Vaticano. Quien no frecuenta la misa piensa que quiera llevar a la Iglesia hacia atrás, que escuche más a los lefebvrianos que a las monjas americanas. Cuando fue a Estados Unidos en cambio subió su imagen, hablo contra la pederastia, etc. En cambio ahora está creciendo un poco la hostilidad”.
Salvatore Izzo, vaticanista de la agencia italiana AGI.
“Benedicto XVI está adquiriendo una figura paterna que antes no tenía. Es como cuando una persona no tiene hijos y vive en un condominio: todos los ruidos le dan fastidio. Después con el tiempo llegan los hijos y las cosas cambian. El está haciendo un gran esfuerzo para acercar a todos a la Iglesia, no solamente a los tradicionalistas pero también a otros movimientos más innovadores. Podría no parecer así pero es esto”.
Maarten Lulof van Aalderen, corresponsal del cotidiano holandés De Telegraaf.
“La percepción que la gente tenía de Benedicto XVI al inicio de su pontificado no ha cambiado para nada. Desde el punto de vista mediático era un papa profesor, esta era la idea y esta ha quedado. Un papa que aún encuentra dificultad para comunicar con la gente. No ha resuelto para nada este problema”.
Elisabetta Piqué, corresponsal en Italia del diario argentino La Nación.
“Benedicto XVI sin tener el carisma de Juan Pablo II, logró soltarse un poco en público, antes no osaba tocar a nadie, ahora abraza a los bebés y los acarocoa. Creo haya aprendió a manejarse co las masas. El aprendió a hacerse querer en cualquier parte adonde vaya, por ejemplo pienso en su último viaje a Cuba, en donde nadie entra en una iglesia, aquí se hizo querer, para no hablar de México. Cuando subió al papado estaba esta imágen mediática de un rottweiler, de un inquisidor. Cada vez que hubo un traspiés de comunicación él lo reconoció y demostró ser un papa con una personalidad muy amable, un intelectual pero muy humilde.
Andrés Beltramo, vaticanista en Italia de la agencia mexicana Notimex.
“Ha cambiado la percepción que la gente tenía sobre él, y sus viajes en varios países aceleraron esto. En el último viaje a México por ejemplo, al inicio la gente no lo conocía, particularmente porque -por así decir- quedaba debajo de la sombra de Juan Pablo II y había un gran interrogante sobre su persona. En cambio cuando lo conocieron personalmente se registró un cambio de actitud. Aquí los medios hablaron sobre él, a veces lo critican o reflexionan sobre el entusiasmo popular, pero es un hecho tempo temporal que pasa. En cambio él entra cuando la gente lo pudo ver y por lo tanto se queda con una percepción diversa de lo que cuentan los medio”.
Alessandro Speciale, corresponsal vaticano de UCA News, Religion News y Vatican Insider.
“Benedicto XVI se encontró delante a un desafío, una crisis, no seguramente sobre la cual él habría imaginado de construir su pontificado. Hablo de la pedrastría y los abusos sexuales. Y él delante de esta crisis supo dar la respuesta en a la altura de las circunstancias, lo que quizás muchos hombre al interno de la Iglesia no habrían sabido dar, pero habrían dado una respuesta instintiva: “el mundo ataca a la Iglesia”. En cambio este papa se dio cuenta que era un mal que estaba adentro y por lo tanto iba extirpado. Esto ha marcado su pontificado. Un desafío que no es esperaba pero al cual respondió estando a la altura de las circunstancias”.
Esta es la imagen que se desprende de algunas entrevistas que ZENIT realizó a varios corresponsales y vaticanistas que siguen el pontificado de Benedicto XVI, incluso si algunos de ellos consideran que la dificultad de comunicar aún persiste. A continuación les presentamos algunos testimonios recogidos por ZENIT.
Giovanna Chirri, vaticanista de la agencia italiana ANSA.
“Este papa es un teólogo que si bien se volvió reformador, nunca perdió de vista su finalidad: anunciar Cristo al mundo. Se encontró con un montón de problemas, baste pensar a los casos de pedrastria y a la reforma financiera. Intervino con decisión. También la fuga de noticias y aquí intervino dentro de lo que se podía hacer. En su predicación de estos últimos días y en la semana santa, me parece evidente que la finalidad principal ha sido la de difundir la fe y que el mundo sea capaz de anunciar a Cristo”.
Federic Mounier, enviado permanente del cotidiano francés La Croix en Roma.
“He descubierto aquí en Roma una realidad diversa sobre Benedicto de lo que es su imagen en Francia. Este papa no es el panzer cardinal, sino un intelectual humilde, muy atento a escuchar a la gente, pero temo que su posición no sea debidamente escuchada hoy porque está afuera de las reglas habituales de la comunicación mediática. Porque él habla en profundidad, porque es un intelectual.
Se toma el tiempo necesario para pensar, no se basa en las emociones. Por lo tanto su pensamiento es muy interesante pero lejano de la capacidad de la gente. Creo sea un gran desafío de su pontificado.
Juan Lara, de la agencia EFE.
“Personalmente tuve siempre más o menos la misma percepción sobre Benedicto XVI, porque siempre he seguido el Vaticano, pero ciertamente ha habido un cambio. O sea, al inicio de su pontificado se le veía como una persona demasiado seria, ortodoxa, conservadora. Pero con los hechos ha demostrado que es una persona amable con un pensamiento social bastante avanzado. Un hecho significativo durante su pontificado vino a flote: los casos de los abusos sexuales y la pedrastria. El papa afrontó el caso incluso poniéndose mucha gente en contra, pero no le importó con tal de hacer limpieza, y esto es significativo. El enfrentó el escándalo en primera línea”.
Patricia K. Thomas APTN. Associate Press Television News.
Como periodista lo veo desde cerca, creo que haya cambiado desde el inicio del pontificado porque es un hombre humilde y dispuesto a escuchar. Si me piden como lo ven en Estados Unidos, en estos días con el caso de un grupo de monjas americanas hubo una rabia que se desahogó via internet contra él y el Vaticano. Quien no frecuenta la misa piensa que quiera llevar a la Iglesia hacia atrás, que escuche más a los lefebvrianos que a las monjas americanas. Cuando fue a Estados Unidos en cambio subió su imagen, hablo contra la pederastia, etc. En cambio ahora está creciendo un poco la hostilidad”.
Salvatore Izzo, vaticanista de la agencia italiana AGI.
“Benedicto XVI está adquiriendo una figura paterna que antes no tenía. Es como cuando una persona no tiene hijos y vive en un condominio: todos los ruidos le dan fastidio. Después con el tiempo llegan los hijos y las cosas cambian. El está haciendo un gran esfuerzo para acercar a todos a la Iglesia, no solamente a los tradicionalistas pero también a otros movimientos más innovadores. Podría no parecer así pero es esto”.
Maarten Lulof van Aalderen, corresponsal del cotidiano holandés De Telegraaf.
“La percepción que la gente tenía de Benedicto XVI al inicio de su pontificado no ha cambiado para nada. Desde el punto de vista mediático era un papa profesor, esta era la idea y esta ha quedado. Un papa que aún encuentra dificultad para comunicar con la gente. No ha resuelto para nada este problema”.
Elisabetta Piqué, corresponsal en Italia del diario argentino La Nación.
“Benedicto XVI sin tener el carisma de Juan Pablo II, logró soltarse un poco en público, antes no osaba tocar a nadie, ahora abraza a los bebés y los acarocoa. Creo haya aprendió a manejarse co las masas. El aprendió a hacerse querer en cualquier parte adonde vaya, por ejemplo pienso en su último viaje a Cuba, en donde nadie entra en una iglesia, aquí se hizo querer, para no hablar de México. Cuando subió al papado estaba esta imágen mediática de un rottweiler, de un inquisidor. Cada vez que hubo un traspiés de comunicación él lo reconoció y demostró ser un papa con una personalidad muy amable, un intelectual pero muy humilde.
Andrés Beltramo, vaticanista en Italia de la agencia mexicana Notimex.
“Ha cambiado la percepción que la gente tenía sobre él, y sus viajes en varios países aceleraron esto. En el último viaje a México por ejemplo, al inicio la gente no lo conocía, particularmente porque -por así decir- quedaba debajo de la sombra de Juan Pablo II y había un gran interrogante sobre su persona. En cambio cuando lo conocieron personalmente se registró un cambio de actitud. Aquí los medios hablaron sobre él, a veces lo critican o reflexionan sobre el entusiasmo popular, pero es un hecho tempo temporal que pasa. En cambio él entra cuando la gente lo pudo ver y por lo tanto se queda con una percepción diversa de lo que cuentan los medio”.
Alessandro Speciale, corresponsal vaticano de UCA News, Religion News y Vatican Insider.
“Benedicto XVI se encontró delante a un desafío, una crisis, no seguramente sobre la cual él habría imaginado de construir su pontificado. Hablo de la pedrastría y los abusos sexuales. Y él delante de esta crisis supo dar la respuesta en a la altura de las circunstancias, lo que quizás muchos hombre al interno de la Iglesia no habrían sabido dar, pero habrían dado una respuesta instintiva: “el mundo ataca a la Iglesia”. En cambio este papa se dio cuenta que era un mal que estaba adentro y por lo tanto iba extirpado. Esto ha marcado su pontificado. Un desafío que no es esperaba pero al cual respondió estando a la altura de las circunstancias”.
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