Jueves, 21 de noviembre de 2024

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Obama manda a la mierda a los católicos americanos

por Luis Antequera

 
Mons. David Zubik, Obispo de Pittsburg
            O por lo menos eso es lo que dice el Obispo de Pittsburg, Mons. David A. Zubik, en la carta abierta que ha enviado a su feligresía publicada en la página web de la diócesis que dirige, y que por su interés reproduzco íntegra para Vds.
 
            “Es duro de creer, pero ha pasado. Es como una bofetada en la cara. La administración Obama acaba de decir a los católicos de Estados Unidos “iros a la mierda”. No hay otra manera de decirlo.
 
            A principios de agosto, el Departamento de salud y servicios asistenciales de la Administración Obama lanzó las directrices para la implementación de la Ley de cuidados y protección de los pacientes. Las directrices mandaban que para el verano de 2012 todos los planes individuales y colectivos de seguros de salud, incluídos planes de auto-seguro cubrieran toda la contracepción aprobada por la FDA [Food and Drug Administration, Administración de Fármacos y Alimentos], procedimientos de esterilización y fármacos abortivos.
 
            Un millón de cosas están mal enfocadas: confundir embarazo con enfermedad; ordenar que cada empleador pague para procedimientos de contracepción incluídos supuestos contraceptivos que son de hecho drogas inductivas del aborto; forzar a los ciudadanos americanos a elegir entre violar sus conciencias o proveer servicios de cuidados de salud; ordenar tal tipo de cobertura a cada mujer individual sin ni siquiera permitirle no optar por ello; forzar a cada persona a pagar por tal cobertura sin importar lo que le ordene su conciencia.
 
            Seamos francos. El entero proceso de ordenar estas directrices socava el procedimiento democrático en sí mismo. En esta instancia, el mandato declara el embarazo como una enfermedad, fuerza una cultura de la contracepción y el aborto en la sociedad, y todo ello sobrepasando totalmente el procedimiento legislativo.
 
            Este es un Gobierno de “hágase”, que ataca los derechos de todos –no sólo de la Iglesia Católica, no sólo de gente de cualquier religión-. En ningún otro momento en la historia ha existido tal intrusión gubernamental en la libertad no sólo por lo que a religión se refiere, sino también traspasando toda frontera ciudadana. Fuerza a todo empleador a subsidiar una ideología o a pagar una multa mientras busca alternativas para cubrir el cuidado de la salud. Socava el entero concepto y esperanza de reforma del sistema de salud enlazándolo irreversiblemente al fanatismo de los burócratas pro-aborto.
 
            Para nuestra Iglesia, este mandato habría de aplicarse en toda instancia en la que la Iglesia actúe como empleador. La orden exigiría a la Iglesia Católica como empleador violar sus creencias fundamentales concernientes a la vida humana y a la dignidad humana, forzando a las entidades católicas a proporcionar contraceptivos, cobertura de esterilización e incluso fármacos abortivos.
 
            Hay una, por así decir, “eximente religiosa” al mandato, pero está tan estrictamente diseñada que, como indican los más críticos, ni Jesucristo y los Apóstoles habrían cabido en ella. La así llamada “eximente” sólo se aplicaría a las instituciones católicas que cumplan los siguientes requisitos:
 
            - Sólo emplea a católicos.
 
            - El propósito primario de la institución o servicio es directamente la instrucción en la fe católica.
 
            - Las únicas personas a las que atiende la institución son los que comparten los principios religiosos católicos. (Intente Vd. encajar esto con nuestra Cáritas local que atiende a 80.000 personas cada año sin discriminación alguna por razón de credo. ¡Sería imposible!).
 
            Prácticamente hablando, bajo el mandato propuesto no habría eximente religiosa para los hospitales, las universidades, los colegios mayores, los asilos y los numerosos servicios católicos tales como Cáritas. Se podría determinar fácilmente que la eximente religiosa tampoco es de aplicación a escuelas superiores, a escuelas de primaria y parroquias católicas, desde el momento en que muchos empleados no son católicos y atienden a estudiantes y a muchos otros que no comparten las creencias religiosas católicas. Tan estricta eximente religiosa no tiene simplemente precedentes en la ley federal.
 
            El pasado mes de septiembre os pedí que protestarais por estas directrices ante Kathleen Sebelius, secretaria del Departamento de salud y servicios humanos, y que contactarais con los líderes del Gobierno federal. Os pedí que exigierais que este defectuoso mandato fuera rechazado por su interferencia sin precedentes en la libertad religiosa y en la libertad de conciencia de la comunidad católica, y en nuestro procedimiento democrático básico.
 
            Así lo hicisteis. Y os acompañaron católicos de todo el país (y mucho otros también) que alzaron su voces contra el mandato, alzaron sus voces contra una eximente religiosa tan insignificante.
 
            El 20 de enero de 2012, la administración Obama os ha contestado a vosotros y a mí. La respuesta ha sido muy simple: “Iros a la mierda”.
 
            Kathleen Sebelius anunció que el mandato no sería revocado y que la eximente religiosa no se extendería. En su lugar, afirmó que los grupos sin ánimo de lucro –lo que incluye a la Iglesia Católica- tendrían un año para adaptarse a la nueva reglamentación. Simplemente despreció las preocupaciones de los católicos bajo la engañosa excusa de respetar las preocupaciones y elecciones de las mujeres.
 
            ¿Se puede insultar más a los católicos, sugiriendo que no nos preocupa lo más mínimo los temas relativos a la salud femenina? La Iglesia Católica y personas católicas han creado los servicios de cuidados sanitarios que son reconocidos en todo el mundo por sus compasivos cuidados para cualquiera, independientemente de su credo, sus circunstancias económicas y desde luego, su sexo. En tantas partes del mundo -Estados Unidos incluídos- la Iglesia es seguridad social.
 
            Kathleen Sebelius y a través de ella, la administración Obama, han dicho “iros a la mierda” a la feligresía católica de los Estados Unidos.
 
            - ¡A la mierda con vuestras creencias católicas!
 
            - ¡A la mierda con vuestra libertad religiosa!
 
            - ¡A la mierda con vuestra libertad de conciencia!
 
            Os damos un año, nos dicen, y luego tendréis que pasar por el aro. Como el Cardenal Timothy Dolan arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia de obispos católicos de los Estados Unidos respondió “efectivamente, el presidente nos dice que tenemos un años para ver el modo en que conseguimos engañar a nuestras conciencias”.
 
            Como os escribí el pasado mes de septiembre, con este mandato el procedimiento democrático está siendo ignorado, mientras nos exigen a nosotros que ignoremos a nuestras creencias. Y se nos exige no sólo violar nuestras creencias, sino además, pagar por esa violación; subvencionar la imposición de la cultura de los contraceptivos y el aborto en cada persona de los Estados Unidos.
 
            Es hora de volver a trabajar. Nos han dado un año para adaptarnos a la norma. ¡No podemos! ["we can´t!", por contraposición al "we can!" de Obama]
 Sencillamente, ¡no podemos!
 
            Escribid al Presidente.
 
            Escribid a la Secretaria Sebelius
 
            Escribid a nuestros senadores.
 
            Escribid a nuestros diputados.
 
            Adjunto las direcciones en este artículo. He aquí lo que podéis escribir”.
 
            Y ofrece una carta formulario en la que repite lo ya dicho… Con una particularidad: que al final ofrece las direcciones de las personas a las que propone escribir. Por si quieren hacerlo Vds..
 
            President Barack Obama, The White House, 1600 Pennsylvania Ave. NW, Washington, D.C. 20500 (202-456-1111).
 
            U.S. Rep. Jason Altmire, 332 Cannon House Office Building, Washington, D.C. 20515 (202-225-2565), D-PA District 4.
 
            U.S. Rep. Mark Critz, 1022 Longworth House Office Building, Washington, D.C. 20515 (202-225-2065), D-PA District 12.
 
            U.S. Rep. Mike Doyle, 401 Cannon House Office Building, Washington, D.C. 20515 (202-225-2135), D-PA District 14.
 
            U.S. Rep. Mike Kelly, 515 Cannon House Office Building, Washington, D.C. 20515 (202-225-5406), R-PA District 3.
 
            U.S. Rep. Timothy Murphy, 322 Cannon House Office Building, Washington, D.C. 20515 (202-225-2301), R-PA District 18.
 
            U.S. Sen. Robert Casey Jr., 393 Russell Senate Office Building, Washington, D.C. 20510 (202-224-6324), D-PA.
 
            U.S. Sen. Patrick Toomey, 502 Hart Senate Office Building, Washington, D.C. 20510 (202-224-4254), R-PA.

 
            ©L.A.
            encuerpoyalma@movistar.es
 
 
 
 
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