Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

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De los mormones

por Luis Antequera

 
            Si ayer hablábamos del mormón Mitt Romney, uno de los candidatos presentes en las primarias del Partido Republicano norteamericano, no estará de más que hoy dediquemos unas líneas al credo que profesa, el mormonismo.

Joseph Smith,
fundador del mormonismo
            El mormonismo, oficialmente conocido como Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, es una religión que se autodenomina cristiana aunque muchos en Estados Unidos, de donde son originarios y donde tienen su sede principal, no lo crean. Su fundador es Joseph Smith, nacido el 23 de diciembre de 1805.
 
            A los textos canónicos comunes en su práctica totalidad a todas las iglesias cristianas, el mormonismo añade tres nuevos libros escritos por su fundador, a saber, el Libro de Mormón, Doctrina y convenios, y La perla de gran precio.
 
            Se puede decir que la iglesia de los mormones nace en 1820, cuando al preguntarse Joseph Smith cual de los muchos grupos de cristianos de los que convivían en Estados Unidos era el depositario verdadero del mensaje de Jesucristo, recibe una revelación de Dios Padre y de Jesucristo que se le manifiestan en un lugar llamado Palmira, unos 80 kms. al norte de Nueva York, lugar al que los mormones llaman la Arboleda Sagrada. En él, Smith recibe la orden de no unirse a ningún credo sino de proceder, por el contrario, a la restauración de la Iglesia, que una vez desaparecidos los apóstoles, había incurrido en una gran degradación que es a lo que en terminología mormona se llama la “Gran apostasía”.
 
            Oficialmente hablando, el 6 de abril de 1830 la nueva iglesia mormona se organizaba en Fayette, Nueva York. Ocho años después en 1838, tras una nueva revelación, Joseph Smith comunica que la iglesia por él restaurada se llamará Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días.
 
            La tesis de Smith se resume en su Libro de Mormón. Según él, el libro es la transcripción de lo relatado en unas planchas de oro por el tal Mormón que Smith habría encontrado en la colina llamada Cumorah, en el estado de Nueva York, después de una revelación que le es hecha en 1823 por el mismísimo hijo de Mormón, Moroni, que se le presenta en forma de ángel. En esas tablas se relataría cómo 600 años antes de Cristo, unos navegantes israelítas habrían llegado a América antes de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor bajo la dirección de un profeta llamado Lehí, convirtiéndose en los patriarcas de todos los americanos. Y que después de la resurrección, Jesucristo se habría manifestado también en América.
 
            Joseph Smith consigue traducir las tablas con la ayuda de unas piedras (urím y tumím) que le permitían traducir al inglés los textos escritos en una especie de egipcio.
 
            El liderazgo de Joseph Smith en la Iglesia de su creación, que trascendía lo meramente religioso para adquirir carácter de verdadera teocracia, fue cualquier cosa menos tranquilo. En primer lugar, la persecución que sufre por parte del resto de cristianos es tan grande que ha de emigrar, estableciéndose primero en Ohio y en Missouri, donde funda Nueva Sión. Tampoco allí encontrarán la paz, teniendo que trasladarse a Illinois, donde funda una nueva ciudad, Nauvoo.
 
            Amén de ello, desde sus primeros momentos Smith conoce lo que es la disensión, hasta el punto de que muchos de sus seguidores romperán con él escindiéndose en pos de William Law.
 
            Detenido finalmente Joseph Smith en Cartaghe (Illinois) y acusado de traición, el día 27 de junio de 1844 la turba entrará en la prisión en que se halla, procediendo a lincharle y a asesinarle a él y a su hermano Hyrum. No tenía Joseph ni treinta y nueve años.
 
Brigham Young
            Le sucederá en la dirección de la nueva Iglesia, no sin dificultades y tras producirse nuevos cismas, Brigham Young, que es quien decide trasladar al grueso del grupo, a través de lo que se ha dado en llamar el Camino Mormón, a Utah, donde funda la ciudad de Salt Lake (Lago Salado) que hoy día constituye la gran sede central del mormonismo.
 
            Actualmente, más de catorce millones de personas reportan ser miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, con sede central en Salt Lake City, en el estado de Utah, estado en el que un 60% de sus habitantes se confiesan mormones. Es notable su expansión por algunos países hispanoamericanos como Brasil, Chile o Argentina.
 
            La condición cristiana de los mormones es muy discutida, hasta el punto de que, como decíamos ayer, son muy pocos los norteamericanos que les reconocen dicha adscripción. Una de las tesis más controvertidas del mormonismo para que eso sea así es la llamada “exaltación”, según la cual, Dios, antes de ser Dios, fue hombre, y dos sus tres personas, Padre e Hijo, son en realidad hombres de carne y hueso. La propia condición de Joseph Smith es objeto de controversia, pues para algunos de sus seguidores es una reencarnación del Espíritu Santo.
 
            Una de las cuestiones más ampliamente debatidas cuando de mormones hablamos es la relación existente entre mormonismo y poligamia. El propio Smith fue acusado de estar casado con hasta treinta y tres mujeres, si bien su primera esposa, Emma Hale Smith, hizo campaña contra la poligamia, y negó en todo momento que su marido hubiera sido polígamo.
 
            Poco tiempo antes de morir asesinado, Joseph Smith se había presentado como candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Entonces escribió: Yo propongo enfáticamente, virtuosamente y humanamente, una teodemocracia, en la que Dios y el pueblo dirijan los asuntos de los hombres por el camino recto”.
 
            Por lo que si Mitt Romney fuera elegido presidente de los Estados Unidos algún día, podría presumir de ser el primer mormón en alcanzar dicha condición, pero no desde luego el primero en intentarlo(1). Y si lo consigue, esperemos que no sea para implantar una teodemocracia, en cualquier caso.

 
                (1) No sólo lo intentó el fundador, Joseph Smith, sino que también lo hizo en 1968 el propio padre de Mitt Romney,George Romney, derrotado en las primarias del Partido Republicano ante Richard Nixon.
 
 
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