El Vaticano propone una Jornada Mundial contra la persecución de los cristianos

En el curso del XVIII Consejo ministerial de la Organización para la seguridad y la cooperación en Europa (OSCE) que se ha celebrado en Vilnius (Lituania) el pasado día 7, el arzobispo Dominique Mamberti, secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, suerte de ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano, ha propuesto la declaración de una Jornada Mundial contra la persecución de los cristianos, al modo en que ya se celebran otras para llamar la atención de la comunidad internacional sobre causas como la de la paz, la mujer, el sida o el cáncer.

Según ha expresado el arzobispo, “puede haber más de doscientos millones de cristianos de diferentes denominaciones que se hallan en dificultades a causa de estructuras legales y culturales que conducen a su discriminación”. En su opinión, la creación de esta jornada, sería un signo evidente de que “los gobiernos desean afrontar esta grave cuestión”. Y es que como ha señalado, “el derecho a la libertad religiosa, a pesar de ser repetidamente proclamado por la comunidad internacional así como en las constituciones de la mayoría de los estados, continúa siendo ampliamente pisoteado al día de hoy”. Dándose la circunstancia de que como ya señalara Su Santidad el Papa Benedicto XVI en su discurso con ocasión del Día mundial de la paz, los cristianos son “el grupo religioso que más sufre la persecución a causa de su fe”, buena prueba de lo cual, los recientes atentados masivos contra cristianos en Egipto, con más de veinticinco muertos, o en Nigeria, con más de sesenta.

Monseñor Mamberti tuvo también palabras para el fenómeno de la emigración, señalando que es preciso mantener a las familias de emigrantes unidas, “pues la familia opera un papel fundamental en el proceso de inmigración, dando estabilidad a los emigrantes en su nuevo entorno social”. Y también para el tráfico de seres humanos, especialmente de mujeres y de niños para la explotación sexual, laboral y doméstica, convertido en “un negocio global en el que se hallan involucrados los países de origen, de tránsito y de destino”.