Los regalos son para el Adviento
Comienza el Adviento este año y, como siempre, nos encontramos con todo tipo de actitudes entre los cristianos. Está el que piensa que es para comprar los regalos de Navidad; este puede directamente cerrar el artículo y dedicarse a otros asuntos. Otros pensarán que para es poner una corona de Adviento y encenderla cada semana. Otros ni se han enterado de que comienza el Adviento. Y otros querrán aprovecharlo como la Iglesia nos enseña.
La Iglesia nos da todos los años la ayuda del Adviento como un tiempo de preparación para la celebración de la Navidad y la llegada del Señor. El problema es que si ese "preparar" es etéreo, no prepararé nada y llegaré a Navidad con las manos vacías. Hay, pues, que concretar, y hay que hacerlo antes de este domingo en que empieza el Adviento.
Formas hay muchas: algunas fatales, otras muy buenas. Yo planteo hoy una bastante conocida, que practico todos los años y puedo dar fe de que es excelente. La idea es ponerse un “propósito” durante el Adviento, que uno pueda presentar a Jesús recién nacido el día de Navidad. Debe ser algo sencillo, y preferiblemente medible, porque si me pongo como objetivo “ser más bueno” es imposible saber si lo cumplo o no y corro el riesgo de darme coba. Propósitos sencillos son, por ejemplo, elogiar a alguien todos los días; o hacer una obra de caridad grande cada semana; o …
Si a esto le añado un papelito o calendario donde anotar cada día si he cumplido o no, el éxito está garantizado y habré preparado la llegada de la Navidad de una forma especial. Eso sí, sin olvidar que el aspecto más importante es hacerlo como si fuese una especie de regalo a Cristo en el Portal, porque, al fin y al cabo, Él es el homenajeado, ¿no?
D’Artagnan
Fuente de la imagen: John Morgan / CC Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0)
La Iglesia nos da todos los años la ayuda del Adviento como un tiempo de preparación para la celebración de la Navidad y la llegada del Señor. El problema es que si ese "preparar" es etéreo, no prepararé nada y llegaré a Navidad con las manos vacías. Hay, pues, que concretar, y hay que hacerlo antes de este domingo en que empieza el Adviento.
Formas hay muchas: algunas fatales, otras muy buenas. Yo planteo hoy una bastante conocida, que practico todos los años y puedo dar fe de que es excelente. La idea es ponerse un “propósito” durante el Adviento, que uno pueda presentar a Jesús recién nacido el día de Navidad. Debe ser algo sencillo, y preferiblemente medible, porque si me pongo como objetivo “ser más bueno” es imposible saber si lo cumplo o no y corro el riesgo de darme coba. Propósitos sencillos son, por ejemplo, elogiar a alguien todos los días; o hacer una obra de caridad grande cada semana; o …
Si a esto le añado un papelito o calendario donde anotar cada día si he cumplido o no, el éxito está garantizado y habré preparado la llegada de la Navidad de una forma especial. Eso sí, sin olvidar que el aspecto más importante es hacerlo como si fuese una especie de regalo a Cristo en el Portal, porque, al fin y al cabo, Él es el homenajeado, ¿no?
D’Artagnan
Fuente de la imagen: John Morgan / CC Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0)
Comentarios