Miércoles, 27 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

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Últimas horas del 21 de octubre, en los Montes de Saja

por Jorge López Teulón

La persecución religiosa en Cantabria llevó durante los primeros meses al martirio a 161 sacerdotes. Además de demoler y saquear 54 iglesias. Los religiosos fueron prácticamente exterminados: los 19 trapenses de Cóbreces, los 14 dominicos de Las Caldas y Montesclaros, los 3 capuchinos de Montehano, y los 9 jesuitas y 9 seminaristas de Comillas. La mayoría fueron amordazados, vejados, objeto de blasfemias e insultos, palizas, algunos castrados, otros quemados, o atados de pies y manos y arrojados en las proximidades de la isla de Mouro, previo palancazo en la cabeza.
Según el Boletín Oficial Eclesiástico 102 iglesias y ermitas fueron derribadas, 175 fueron desmanteladas, 765 retablos, 3.217 imágenes y 462 confesionarios fueron destruidos.
 
Santuario de Ntra. Sra. de Montesclaros
En el sur de Cantabria, en el ayuntamiento de Valdeprado del Río, está el Santuario de Nuestra Señora de Montesclaros, Patrona de la Merindad de Campoo. Es el centro espiritual de la zona y está atendido por una comunidad de frailes dominicos.
En Montesclaros se ha encontrado una capilla prerrománica de los siglos X u XI, a más tardar. El hallazgo de la Virgen de Montesclaros es algo anterior, traída, con mucha probabilidad, por los primeros hispano-visigodos que buscaron refugio en estas montañas cántabras huyendo de la invasión árabe; fue hallada en la Cueva, que aún conserva vestigios religiosos.



Los Padres Dominicos recuerdan que “el 13 de Septiembre de 1686 el rey Carlos II mediante decreto concede al Convento dominicano de Las Caldas de Besaya (Cantabria) el cuidado espiritual de Montesclaros. En el año 1776 se crea una comunidad dominicana con identidad propia que atenderá todos los trabajos pastorales de la zona”.
En noviembre de 1808 las infaustas tropas napoleónicas someterán al Santuario al más vandálico saqueo que se pueda imaginar. Tras Napoleón la presencia masónica y de los afrancesados, conseguirán la expulsión de los frailes en 1821. Aunque regresaron por varios años, los decretos de Mendizábal volverán a conseguir la expulsión de los dominicos que no regresaron hasta 1880.
 
Los mártires de Montesclaros
La más dura prueba vendría en el 1936: persecuciones, vandalismo y martirio de cinco frailes, sacerdotes diocesanos y laicos. El santuario compuesto de iglesia, residencia, hospedería, cocina y biblioteca fue incautado por el Frente Popular. La biblioteca resultó desvalijada.
La talla de la Virgen sería fusilada el 19 de marzo de 1937 por la 14° Brigada de Choque denominada “Los Diablos Rojos”, a cuyo cabeza se encontraba  el Comandante Pacheco, congregándose una multitud de 800 milicianos. Después de una descarga de innumerables armas, la imagen de la Virgen que pusieron en el “paredón” (la original estaba estratégicamente guardada) milagrosamente quedó intacta...
 




El 16 de agosto de 1936 la comunidad de Nuestra Señora de Montesclaros se dispersó. El Padre Estanislao García se refugió en Los Carabeos y, para no comprometer al párroco, determinó marcharse y entregarse a los milicianos en Reinosa; que lo encarcelaron.
Fray Eugenio Andrés Amor de 77 años, que servía la ermita de Sotillo intentó ganar territorio rebelde junto con el joven de la familia que le había acogido, Donato Rodríguez. Capturados en Navamuel por el Frente Popular local, fueron atados a la cola de un caballo hasta llegar al pueblo de Sotillo. Lo castraron junto a la ermita del Niño, en Sotillo, a finales de septiembre. Fue el primero en caer.
            Los Padres Germán Caballero y José Menéndez encontraron refugio en Aldea de Ebro, pero el 29 de septiembre fueron detenidos y llevados al convento de Montesclaros y después presos a Reinosa, en la prisión habilitada del colegio San José. Allí se encontraron con Fray Victoriano Ibáñez que, enfermo en Los Carabeos y fue llevado a Montesclaros. El 29 de septiembre fue descubierto por los milicianos que llevaban detenido a los PP. Caballero y Menéndez, y siguió la misma suerte que ellos. El Padre García llevaba más tiempo detenido.
            Después de casi un mes, la noche del 21 al 22 de octubre, sacaron a los cuatro dominicos de la cárcel para martirizarlos en los Montes de Saja (Cantabria). Los cinco dominicos fueron beatificados en Roma, el 28 de octubre de 2007.


 
Beato Estanislao García Obeso
Nació en Requejo (Cantabria) el 18 de septiembre de 1875, bautizado al día siguiente; a los 10 años comenzó a estudiar latín con el párroco de Salces; a los 14 se trasladó a Madrid e ingresó en el seminario diocesano, en el que estudió filosofía con óptimas calificaciones; cayó enfermo y, una vez repuesto, se trasladó al seminario de Burgos y cursó tres años de teología (1895-1898), distinguiéndose por su excelente aprovechamiento. Conocía a los dominicos por sus asiduas visitas al santuario de Nuestra Señora de Montesclaros, cercano a su pueblo, y decidió pedir la admisión en la orden. Hizo el noviciado en Corias y profesó el 31 de octubre de 1899, continuó estudios y pasó a Salamanca en 1902 para hacer dos cursos de teología; presbítero en junio de 1903. Serio, formal y trabajador, muy buen religioso. Destinado al colegio de Vergara (Guipúzcoa) en 1903; al año siguiente pasó al convento del Olivar, de Madrid, donde permaneció hasta 1926 en que lo destinaron al de Atocha, también de Madrid; realizó un apostolado verdaderamente admirable. En 1914 fundó en el barrio de Lavapiés unas escuelas gratuitas para hijos de obreros, sostenidas con la colaboración de la tercera orden dominicana y otras personas. En 1927 prior de San Esteban de Salamanca, en 1930 de Corias y en 1934 de Oviedo, donde sufrió la revolución de octubre. A principios de 1935 pasó al santuario de Montesclaros (Cantabria); en este convento le sorprendió la persecución religiosa.
 
Beato Germán Caballero Atienza
Nació en Castromocho (Palencia) el 11 de octubre de 1880, bautizado dos días después; alegre, juguetón y a la vez sencillo y piadoso; a los 12 años pasó a vivir con su tío, párroco de Gozón, para estudiar latín y se inscribió en el colegio de los jesuitas de Carrión de los Condes; después ingresó en la escuela apostólica de Corias (Asturias); profesó el 8 de diciembre de 1898 y comenzó el estudio de la filosofía; hizo la teología en Salamanca a partir de 1902; presbítero el 31 de marzo de 1906. En 1907 lo destinaron a Corias como profesor y subdirector de la escuela apostólica; en 1911 se incorporó al colegio de La Coruña. De 1913 a 1935 estuvo por América donde realizó una labor extraordinaria en Aguascalientes (México), en Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y nuevamente en El Salvador. Llegó al convento de Montesclaros (Cantabria) a principios de 1936.
 
Beato José Menéndez García
Nació en Genestosa, Tineo (Asturias) el 19 de febrero de 1888, bautizado al día siguiente, confirmado el 11 de mayo de 1895. Estudió bajo la dirección del párroco de Abona y tomó el hábito en el convento de Corias; profesó el 6 de noviembre de 1904; en 1908 fue a Salamanca a estudiar teología. A finales de 1912, ya sacerdote, terminó el último curso de la carrera en Barcelona, por haber pasado a la provincia de Aragón, recién restaurada; en 1916 retornó a la provincia de España. Amante de su profesión y cumplidor de sus deberes; estuvo en el colegio de Oviedo. Pasó sus últimos años en Montesclaros, donde trabajó con celo y eficacia; era organista y cantor.
 
Beato Victoriano Ibáñez Alonso
Nació en Santibáñez de Resoba (Palencia) el 2 de noviembre de 1864, bautizado el 5; recibida la primera instrucción sirvió en casas de labradores de los vecinos pueblos de Rabanal de los Caballeros, Rueda y Villaescusa del Bardal, dando muestras evidentes de gran virtud, devoto y caritativo para con los enfermos. En contacto con el santuario de Nuestra Señora de Montesclaros pidió en 1888 el ingreso como criado de la comunidad, pero pronto se incorporó a la orden vistiendo el hábito de terciario. Hizo el noviciado como hermano cooperador y profesó en Las Caldas de Besaya en 1893. Permaneció en Montesclaros hasta 1908; recorría los pueblos recogiendo limosnas de los devotos de la Virgen y estuvo al cuidado de la sacristía y de las cuadras. En 1908 fue destinado al convento del Olivar, de Madrid, al año siguiente a Oviedo, pero regresó pronto al Olivar y allí permaneció hasta 1935 ejerciendo el oficio de sacristán, ejerciendo su trabajo con gran ejemplaridad. Debilitado en su salud fue enviado a Montesclaros en 1935.
 
Beato Eugenio Andrés Amo
Nació en Villavedón (Burgos) el 6 de septiembre de 1862. A raíz de un tremendo accidente en que de manera fortuita se le disparó una pistola que causó la muerte a un pariente suyo, se marchó de ermitaño a la Virgen de la Piedad de Herrera de Pisuerga (Palencia), y allí se dedicó a atender el culto a la ermita y a postular limosnas para su sostenimiento. Hacia 1896 se trasladó con una hermana a Santa María de Aguayo (Cantabria), y en 1899 contrajo matrimonio; una hija que tuvo murió a los tres meses de nacer y la esposa falleció también pronto; volvió al servicio de ermitaño en el santuario de la Visitación de Nuestra Señora, en Arcellares (Burgos). En 1909 ingresó en la orden dominicana como terciario en Montesclaros. En 1912 pasó a Salamanca a hacer el noviciado, y profesó el 14 de marzo de 1913; inmediatamente regresó a Montesclaros. En todo momento se manifestó como persona de gran espíritu, humilde, piadoso, hizo de sacristán y trabajaba con interés en sus menesteres; fue treinta años limosnero del santuario.

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