Con Paloma Gómez Borrero (II): "Te das cuenta que el Papa sabe quién eres como persona"
Segunda parte de la entrevista que me concedió Paloma Gómez Borrero la mañana del sábado pasado, 1 de octubre.
Paloma, de todo lo que se ha escrito sobre nuestros dos últimos papas, ¿cuáles son los libros y/o escritores que piensas les han retratado o comprendido mejor hasta ahora, aparte, por supuesto, de tus títulos sobre el beato Juan Pablo II: “Huracán Wojtyla”, “Juan Pablo, amigo”, “Adiós, Juan Pablo, amigo”, “Abuela, háblame del Papa” y sobre ambos papas: “Dos Papas, una familia”?
Pues mira, para Juan Pablo II yo creo que es muy bonito el editado por Vittorio Messori “Cruzando el umbral de la esperanza”. Pero yo creo que para el papa Juan Pablo II hay que leer los suyos, sobre todo “Signo de contradicción”. En el caso de Benedicto XVI, para mí es “La sal de la tierra” y “Luz del mundo”, ambos de Peter Seewald, porque ahí, de verdad, se nos muestra a un Papa al que se le hacen las preguntas que todos quisiéramos hacerle y las contesta.
Sobre los dos últimos títulos mencionados ha habido interpretaciones diversas sobre lo que ha dicho o dejado de decir el Papa Benedicto XVI sobre determinados temas…
Sí, bueno, pero como está escrito y como el Papa siempre los ha leído antes de que fueran a la imprenta, a mí que me dejen con el libro. Que no lo interpreten, que me lo dejen interpretar a mí… o que se lo dejen interpretar al lector, porque tampoco somos tontos.
Has sido galardonada con un gran número de premios y medallas por tus méritos personales y profesionales. Aunque entre ellos destaca la Gran Cruz de Isabel la Católica, también se te han concedido los siguientes: Premio a la Profesionalidad otorgado por la cobertura realizada del Cónclave y por la Información del asesinato de Aldo Moro; premio Calabria, otorgado por el mismo Presidente de la República a un corresponsal extranjero en Italia; premio “Adelaide Ristori” a doce mujeres destacadas en sus respectivas profesiones; así como el premio “Europeo” del Ayuntamiento de Roma; el “Bravo” y el “Bravo especial” de la Conferencia Episcopal Española; el “Premio de la Paz” de los Mensajeros de la Paz; la “Llama Rotaria 97” del Club Rotari de Valencia… Pero, realmente, ¿con cuál de todos los reconocimientos o premios te has sentido más orgullosa o emocionada?
Con Juan Pablo II, sin duda, que me bautizara a la nieta. El que quisiera él, cuando se casó mi hijo, que toda la familia, tanto la de la novia como la del novio, fuéramos invitados a una Misa en su capilla privada, que dijo en español; que quisiera conocer a mi primera nieta al poco de nacer y que se enterara del día de mi santo en el Zaire, y que llegara donde estaba yo a felicitarme y bendecirme.
Y con Benedicto XVI, cuando me felicitó en el avión el otro día, por mi cumpleaños. Te das cuenta que él sabe quién eres y se interesa por tí como persona.