10 de agosto, sepultado el cadáver del quinto Obispo asesinado
Siervo de Dios Miguel de los Santos Serra Sucarrats
Nació en Olot (Gerona) el 11 de enero de 1868. Estudió en el Seminario de Gerona. Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Derecho Civil. Fue canónigo de Tarragona, profesor de Derecho Romano y Civil y vicario general. Preconizado obispo de Canarias el 14 de diciembre de 1922, fue consagrado en Olot el 7 de octubre de 1923.
Llegó de Canarias para posesionarse de la diócesis de Segorbe el 25 de junio de 1936. Hizo su entrada en la diócesis el 28 de junio de 1936 en forma privada y sin solemnidad, ya que las autoridades, lejos de asociarse al acto, no hicieron sino crear impedimentos y provocar conflictos.
Llegó de Canarias para posesionarse de la diócesis de Segorbe el 25 de junio de 1936. Hizo su entrada en la diócesis el 28 de junio de 1936 en forma privada y sin solemnidad, ya que las autoridades, lejos de asociarse al acto, no hicieron sino crear impedimentos y provocar conflictos.
La Guerra civil no fue apreciable en Segorbe hasta el día 21 de julio, en que la izquierda se lanzó a la vía pública procediendo a incendiar los conventos e iglesias de franciscanos y carmelitas, dirigiéndose luego, con las mismas intenciones, a la residencia episcopal. Se dieron órdenes de evitar daños al inmueble bajo la condición de que el obispo lo desalojara. Monseñor Serra abandonó su casa en traje talar y sin ocultar ninguna de sus insignias episcopales. Fue a parar al domicilio de los canónigos Luis y Pedro Morro Fosas. Allí estuvo hasta el 27 de julio en que fue llevado a la cárcel donde también habían entrado el vicario general Blasco Palomar; su hermano el canónigo Carlos Serra; los padres franciscanos José Sancho Sanchís y Camilo Tomás Domínguez; los legos Ferrando Savall, Balaguer Juan y Sauch Brusca.
En la madrugada del 8 al 9 de agosto de 1936 fueron conducidos a La Vall de Uixó (Castellón) y en la carretera de Algar a unos cuatro kilómetros del cementerio y seis del pueblo, fueron fusilados los arriba mencionados, a excepción de los padres Camilo Tomás Domínguez y José Sancho Sanchís, que fueron asesinados en fecha y sitio distintos que sus compañeros; el día 11 y en la carretera que conduce de Sagunto a Canet de Berenguer, en el cauce del río Palancia, muy próximo al mar.
Las últimas palabras del obispo, dirigidas a los que le estaban apuntando, fueron estas: “Vosotros podréis matarme; pero no podréis impedir que yo os bendiga”.
En la Causa General se puede leer
“El Excmo. Sr. D. Miguel Serra Sucarrats, que contaba al morir sesenta y nueve años de edad, había nacido en Olot (Gerona), habiéndose posesionado de la Diócesis de Segorbe el día 25 de junio de 1936. El día 22 de julio del mismo año, triunfante en la ciudad la subversión roja, el prelado se vio obligado a abandonar el Palacio Episcopal con su hermano y mayordomo el Canónigo D. Carlos y sus dos hermanas doña María y doña Dolores, para refugiarse en una casa particular de una familia piadosa, donde por elementos desconocidos fueron detenidos el 27 del mismo mes el Obispo y su hermano y conducidos a la cárcel ; ese mismo día los milicianos y las turbas asaltaron el Palacio Episcopal y profanaron la Catedral y demás templos de Segorbe, así como algunas tumbas, robando objetos del culto e incendiando archivos. El Obispo y su hermano conservaron sus ropas talares en la cárcel, de cuya custodia se encargaron las milicias de la llamada «Guardia Roja», de Segorbe, a las órdenes del Comité revolucionario. A las tres de la madrugada del 9 de agosto de 1936, por la patrulla del partido de Izquierda Republicana, intitulada «La Desesperada», fueron sacados de la cárcel el Obispo y su hermano, así como el Ilmo. Sr. Vicario General D. Marcelino Blasco Palomar y los religiosos Fray Vicente Sauch, de la Orden Carmelita, y Fray José María Juan Balaguer y Fray Domingo García Ferrando, franciscanos, y asesinados todos ellos en la carretera de Algar, a siete kilómetros del pueblo de La Vall de Uixó ; al ser identificado el cadáver del Obispo, conservaba sus hábitos talares y llevaba al pecho sus medallas y relicarios”.
30 de abril de 1998
El 25 de abril de 1998 la Santa Sede concede el “Nihil Obstat” a la “Causa de Miguel Serra Sucarrats, Obispo de Segorbe y 265 Compañeros, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas, in odium Fidei”, mártires de la persecución religiosa española. Cinco días después tuvo lugar el acto de apertura de la Causa en la diócesis de Segorbe-Castellón. El Proceso fue clausurado el 29 de septiembre de 2001 y entregado en la Nunciatura Apostólica de Madrid el 6 de noviembre de 2001. Desde entonces se espera la resolución de dicho Proceso.
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