Tengo un mensaje para Vd., Sr. Rajoy
por Luis Antequera
El que le ha hecho llegar ayer el pueblo de Madrid. Un pueblo al que Vd., D. Mariano, debe mucho, porque nunca le ha dejado en la estacada. No sólo ya por haberle brindado la victoria en los momentos más difíciles en cuantas elecciones municipales y autonómicas han tenido lugar desde que un malhadado día 14 de marzo de 2004 se manifestara en España ese tumor maligno llamado cáncer de zetapé; sino por habérsela brindado, también y siempre, a Vd. mismo en persona, proporcionándole ese pequeño caramelo que representa, en un plato de hiel, la victoria en Madrid a un Zapatero que, personalmente hablando, no conoce lo que significa ganar unas elecciones, pues eso que él le exigía primero a Simancas(*) y luego a Gómez, ganar en la capital del reino, no lo ha hecho él mismo jamás, no consiguiendo vencerle a Vd. en una sola de las ocasiones en la que los dos se han enfrentado en ella.
Pues bien, con ese aval del que le hablo de haber sido la “siempre leal” que se decía en los blasones de familias y ciudades, le ha mandado ayer Madrid un mensajito que no debe Vd. desoír. Y no sólo le ha dicho con toda claridad que quiere que sea Vd. el que gobierne próximamente en España, sino que le ha dado alguna pista de “cómo” debería hacerlo Vd.. Intentaré explicarme un poquito mejor.
Se da la circunstancia de que en ese Madrid bendito para Vd., que nunca le ha dado la espalda, conviven los mejores exponentes de las dos maneras de presentarse ante el electorado y de gobernar que existen hoy en su partido. Tiene Vd., por un lado, al Sr. Gallardón: el lenguaje de lo políticamente correcto, el chalaneo con la “progresía”, la “modernidad” (no la verdadera, la que ellos llaman), el que “no entendía” porqué abucheaban a ZP ¿se acuerda Vd.? El que a pesar de haberse presentado ya dos veces a presidir su partido en Madrid y no conseguirlo nunca cosechando fracasos históricos (ni un 10% entre los militantes de su propio partido, por ejemplo), todavía quiere hacernos creer que sólo él conoce la fórmula para derrotar al pesoísmo. Y tiene Vd., por otro lado, a la Sra. Aguirre: el trabajo; el mensaje claro, conciso y concreto; la que llama al pan pan, a Gurtel Gurtel, y a Bildu Bildu; la que tantas veces le ha dicho ya que ha llegado el momento de brindar la batalla ideológica y de ir con la verdad por delante, que bastante hemos tenido con estos siete años de mentira tras mentira.
Pues bien, Sr. Rajoy, analice Vd. lo ocurrido ayer: mientras la Sra. Aguirre pasaba en la Comunidad de 67 escaños a 72, el Sr. Gallardón bajaba de 34 concejales a 31. Compruebe Vd. que mientras la Sra. Aguirre computa en Madrid capital 799.411 votos, el Sr. Gallardón sólo obtiene 756.952, hasta 42.459 votos de diferencia, un 5,6% menos, ahí es nada. Y es que son muchos los madrileños que votando Aguirre para la Comunidad, al votar al Ayuntamiento han preferido abstenerse, votar en blanco o votar otras opciones políticas diferentes de la que proponía su partido.
¡Qué casualidad, Sr. Rajoy, qué casualidad, que haya sido Madrid donde esa fuerza hoy por hoy enigmática, UpyD, que nadie sabe muy bien todavía a quien le anda birlando la cartera, haya irrumpido con mayor estrépito! Analice Vd. a quien le ha robado los votos: no le costará mucho concluir que mientras en la Comunidad se los ha robado a la izquierda, con un PP que ganaba cinco nuevos escaños, en el Ayuntamiento se los ha robado a Gallardón, con un PP que ha perdido hasta tres concejales.
¡Hágale Vd. caso a Madrid, Sr. Rajoy!. Madrid ha vuelto a apostar por Vd.. Madrid le quiere bien. Madrid, ayer, le ha hablado, una vez más, con cariño y con franqueza. Como siempre lo hace. ¡Hágale Vd. caso!
(*) De hecho, los resultados del Sr. Zapatero en las elecciones de 2008, con un 39,45% de los votos, son incluso peores que los del Sr. Simancas, que en las elecciones de 2003 había obtenido un 39,69% de los votos.
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