¿Por qué fracasó la reforma agraria de la Segunda República?

Hagamos un poco de historia.El injusto reparto de tierras verificado durante la llamada “repoblación” de la Reconquista es evidente que está en el origen de la concentración de la propiedad en pocas manos,sobre todo en Extremadura,Castilla la Nueva y Andalucía.Lo que resultó agravado por los excesos de Concejos y Señores,así como por los posteriores abusos de la Mesta,la omnipotnte organización ganadera.

Igualmente,la paulatina desaparición de los bienes
comunales,indispensables para el sostenimiento de los vecinos de pueblos y villas,que alcanza su grado máximo a causa de las leyes desamortizadoras de Mendizábal(1835): los 1.300.000 Has.que había en la provincia de Badajoz, por ejemplo,quedaron reducidos a poco más de 75.000 Has.,pasando el grueso del millón y pico a mano de los particulares más osados o más poderosos.

Así,aproximadamente la mitad de la provincia de Badajoz estaba (1940) distribuída en fincas cuya superficie oscilaba entre 250 y 5.000 Has.,aunque no es sólo la extensión la que define modernamente las Reformas Agrarias como veremos.

Actuaciones sociales en la provincia de Badajoz
La primera actuación de tipo social en la provincia de Badajoz,y en otras, dentro del siglo XX se hizo al amparo de la Ley de Colonización y Repoblación Interior de 1907,con la Monarquía-primera aparición sobre Colonización aparecida en España-parcelándose entre agricultores algunas fincas.Mucho antes por tanto que por la II República…

Posteriormente, la Ley de Reforma Agaria de 1932 de dicha II República,tuvo en Badajoz-como en la Europa Oriental por esas mismas fechas-una funesta y desdichada aplicación.



Dicha Ley,nacida con marcado sello político y de revancha,sólo sirvió para agravar los viejos problemas sociales,en tanto que en el orden económico-social su trascendencia fue muy escasa.En efecto,el conjunto de disposiciones dictadas,corrientemente poco meditadas y llenas de apasionamiento,con invasiones forzadas de fincas,sólo sirvieron para provocar una lucha abierta de intereses y pasiones,que tendrían su parte en el planteamiento en la Guerra “incivil” de 1936.

La situación fue haciéndose cada vez más anárquica,y demandó por ejemplo que en 1933 se nombrara incluso un Gobernador General de Extremadura,a la que nos estamos refiriendo,con sede en Badajoz capital,así como que en 1934 se promulgaran las llamadas “leyes de yunteros”(con yunta pero sin tierras).

Por lo que respecta a las invasiones de fincas,es bastante significativo este párrafo del famoso libro del norteamericano Edward Malefakis “Reforma Agraria y Revolución Campesina en España del siglo XX”(Illinois,1970) pág.329,que conviene releer hoy:
 

“En enero de 1933,Vázquez Humasqué(primer director republicano del recién creado Instituto de Reforma Agraria) explicó a los campesinos(en un discurso radiado por Radio Madrid en el que les pedía que terminasen las invasiones de fincas)la necesidad de una aplicación lenta y cauta de la Reforma Agaria,porque “de otro modo no sería una ley,sino un acto revolucionario que podría llevar a la desorganización de la economía agrícola,más allá de lo cual sería el caos”.

Palabras que resultaron premonitorias, y ya sabemos el caso que le hicieron….

En un Estudio,ya clásico,de los años 50 del pasado siglo XX, del Departamento Económico de las Naciones Unidas, se analiza la labor realizada en materia de Reforma Agraria en varios países europeos en la segunda decena del siglo XX,análoga a la que en los años 30 se intentó aplicar en nuestro país,y se dice textualmente : “La experiencia realizada en la Europa Oriental en esta época muestra que un cambio de dimensión de las explotaciones agrícolas no puede mejorar el nivel de vida de la población agrícola ni favorecer el desarrollo de la agricultura más que si es seguido de una modificación del tipo de producción”.

Y también : “la simple distribución de la propiedad no puede crear condiciones favorables a las inversiones productivas ni a la mejora técnicammás que si va acompañada de otras medidas que mejoren la situacióneconómica y social de la población agrícola”.

Pero esto que fue meridiano en 1950, no se tuvo en cuenta en 1932,o como escribió Ramón Tamames el 12 de abril de 2006 en “Estrella Digital”:
 

“Y en la República de trabajadores,como decía el texto constitucional de 1931,sus líderes hoy más venerados no llegaron a enterarse de que ya había un John Maynard Keynes revolucionando la ciencia económica,o un Roosevelt con su New Deal(1933) para luchar contra el paro”.

Algo de eso sí parece que tuvo en cuenta el sucesor del republicano Instituto de Reforma Agraria,el “franquista” Instituto Nacional de Colonización(1939),que aprendió bien la lección y comprendió que la creación de nueva riqueza en Badajoz-y en otros tantos lugares de España-sólo era posible regulando y aprovechando las aguas del río Guadiana,que se perdían estérilmente en el mar,y la más justa distribución de esa nueva riqueza del regadío mediante una verdadera política colonizadora.

Esto es lo que haría el “franquista” Plan de Badajoz…Y ahora los “progres” queriendo quitar el nombre de Guadiana del Caudillo…

Manuel MARTIN LOBO
Doctor Ingeniero de Montes y Periodista