Reacción del Buró Estatal de Asuntos Religiosos
China responde al Vaticano acusándole de «amenazas» y «ataques a su libertad religiosa»
La Santa Sede había calificado de gesto "hostil" la celebración de la VIII Asamblea de Católicos Chinos convocada por el Gobierno comunista.
La institución del Gobierno chino encargada de controlar los asuntos religiosos cargó hoy contra el Vaticano por sus recientes críticas a una asamblea de líderes de la Iglesia Católica china en Pekín, que calificó de "amenazas" y "ataques a la libertad religiosa de China".
En un comunicado publicado hoy por el Buró Estatal de Asuntos Religiosos, un portavoz de esta institución calificó de "infundadas" y "descorteses" las críticas del Vaticano, al que acusó de "intentar intervenir y lanzar amenazas a los participantes en estas reuniones desde hace dos o tres años".
"No se deben criticar los métodos religiosos de China, esos actos no tienen justificación alguna y no son corteses", subrayó el portavoz chino.
Las declaraciones son una respuesta a las críticas lanzadas por el Vaticano el pasado viernes ante la celebración de la VIII Asamblea de Católicos Chinos, del 7 al 9 de diciembre.
En un duro comunicado, la Santa Sede dijo "deplorar con profundo dolor" la celebración de esa reunión, promovida por el Gobierno comunista sin el permiso del Vaticano, y aseguró que se trataba de un gesto "hostil" con el que China ha dañado unilateralmente el diálogo y el clima de confianza.
"Con profundo dolor la Santa Sede deplora esa asamblea, impuesta a numerosos obispos, sacerdotes, religiosos y seglares. La modalidad de su convocatoria y desarrollo manifiestan un comportamiento represivo en el ejercicio de la libertad religiosa, que se consideraba ya superado en la actual China", denunció Roma.
Pero, según la parte china, este tipo de asambleas "son una importante reunión a la que acuden los católicos de todo el país, y un medio importante para desarrollar una iglesia democrática".
"Desde hace 50 años la Iglesia Católica Patriótica de China ha celebrado ocho sesiones de este foro, para promover el desarrollo positivo de la religión católica", añadió el portavoz del Buró Estatal, quien subrayó que la comunidad católica china "tiene independencia y decisión propia".
También señaló que en los últimos años la parte china ha mostrado "sinceridad" para "buscar caminos para mejorar las relaciones con el Vaticano", pero que "siempre hay personas que intervienen en los momentos importantes pidiendo sin descanso cosas injustificables" y con la intención de "volver a tomar control sobre la Iglesia china".
China y el Vaticano rompieron relaciones diplomáticas en 1951, ya que el régimen comunista no acepta que Roma tenga poder decisorio sobre asuntos religiosos internos, tales como la elección de obispos, un tema que enfrenta a Pekín y Roma desde hace décadas.
Para reanudar las relaciones diplomáticas, China exige que el Vaticano rompa previamente con Taiwán y que no "interfiera" en los asuntos internos chinos.
En China existen entre 8 y 12 millones de católicos, según datos del Vaticano, divididos entre los pertenecientes a la Iglesia oficial -controlada por el Gobierno comunista- y la "clandestina", que sí reconoce la autoridad papal.
En un comunicado publicado hoy por el Buró Estatal de Asuntos Religiosos, un portavoz de esta institución calificó de "infundadas" y "descorteses" las críticas del Vaticano, al que acusó de "intentar intervenir y lanzar amenazas a los participantes en estas reuniones desde hace dos o tres años".
"No se deben criticar los métodos religiosos de China, esos actos no tienen justificación alguna y no son corteses", subrayó el portavoz chino.
Las declaraciones son una respuesta a las críticas lanzadas por el Vaticano el pasado viernes ante la celebración de la VIII Asamblea de Católicos Chinos, del 7 al 9 de diciembre.
En un duro comunicado, la Santa Sede dijo "deplorar con profundo dolor" la celebración de esa reunión, promovida por el Gobierno comunista sin el permiso del Vaticano, y aseguró que se trataba de un gesto "hostil" con el que China ha dañado unilateralmente el diálogo y el clima de confianza.
"Con profundo dolor la Santa Sede deplora esa asamblea, impuesta a numerosos obispos, sacerdotes, religiosos y seglares. La modalidad de su convocatoria y desarrollo manifiestan un comportamiento represivo en el ejercicio de la libertad religiosa, que se consideraba ya superado en la actual China", denunció Roma.
Pero, según la parte china, este tipo de asambleas "son una importante reunión a la que acuden los católicos de todo el país, y un medio importante para desarrollar una iglesia democrática".
"Desde hace 50 años la Iglesia Católica Patriótica de China ha celebrado ocho sesiones de este foro, para promover el desarrollo positivo de la religión católica", añadió el portavoz del Buró Estatal, quien subrayó que la comunidad católica china "tiene independencia y decisión propia".
También señaló que en los últimos años la parte china ha mostrado "sinceridad" para "buscar caminos para mejorar las relaciones con el Vaticano", pero que "siempre hay personas que intervienen en los momentos importantes pidiendo sin descanso cosas injustificables" y con la intención de "volver a tomar control sobre la Iglesia china".
China y el Vaticano rompieron relaciones diplomáticas en 1951, ya que el régimen comunista no acepta que Roma tenga poder decisorio sobre asuntos religiosos internos, tales como la elección de obispos, un tema que enfrenta a Pekín y Roma desde hace décadas.
Para reanudar las relaciones diplomáticas, China exige que el Vaticano rompa previamente con Taiwán y que no "interfiera" en los asuntos internos chinos.
En China existen entre 8 y 12 millones de católicos, según datos del Vaticano, divididos entre los pertenecientes a la Iglesia oficial -controlada por el Gobierno comunista- y la "clandestina", que sí reconoce la autoridad papal.
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