Del final del ramadan que se produce hoy con la fiesta del id al-fitr
por Luis Antequera
Casi un mes ya desde que el 12 del mes pasado escribí aquel artículo Del ramadán que comienzan hoy nuestros hermanos musulmanes, un ramadán durante el que, como ya dijimos, los musulmanes ni han comido, ni han bebido, ni han fumado, ni se han perfumado, ni han cohabitado con sus mujeres durante las horas que ha durado el día. Pero no determinadas de cualquier manera y al albur de la impresión, el hambre o la necesidad de cada uno, no, sino de manera auténticamente oficial y detallada. Marquen Vds. aquí si desean conocer la hora a la que comienza y termina el ayuno cada día que ha durado el ramadán en, digamos por ejemplo, Algeciras (por cierto palabra proveniente del árabe, traducible como “la isla verde”, de Al-Yazira al-jadra).
Pues bien, tal día como hoy, ponen fin los musulmanes al ayuno del ramadán, lo que hacen con la celebración de lo que se da en llamar el id-al-fitr, o fiesta (id) de la ruptura del ayuno (fitr), festividad que se inicia el primer día del mes de sawal, -el que sigue al mes de ramadán, décimo pues en el calendario islámico-, y que puede durar hasta tres enteras jornadas.
Durante tal día como hoy, los musulmanes se intercambian bendiciones, -podrán oírles desearse “id-mubarak” (bendita fiesta) o “id-said” (feliz fiesta)- y acuden a la mezquita para realizar la oración, el salat, el segundo de los pilares de la religión islámica, cosa que hacen, además, perfumados y con traje nuevo a ser posible. Se trata de hecho, con toda probabilidad, de la fiesta que congrega a mayor número de musulmanes en la mezquita. Es un día particularmente propicio, también, para practicar el sakat, la caridad, la limosna, el tercero de los pilares del islam. Por lo demás, se celebra con un desayuno ligero tan distinto del espeso desayuno que se ha estado consumiendo durante el ramadán, y se realizan los grandes propósitos del año, esos que, como dice el refrán tan aplicable a moros como a cristianos, "pavimentan el infierno".
Por hacerlo más comprensible al lector que contempla el tema con la perspectiva y el conocimiento de lo que acontece entre los cristianos, desde algún punto de vista se podría hacer el símil de que el laylat al-qadr que celebraron los musulmanes hace tres días se corresponde con nuestra navidad, más introspectiva, más recogida, y el id al-fitr, más festivo y extrovertido, con nuestro año nuevo.
¡Id-mubarak!, ¡Id-said! pues, por nuestra parte también, a cuantos musulmanes ponen hoy punto final al mes de severas privaciones que para ellos representa el ramadán.
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