De un gran mecenas y filántropo español: José Lázaro Galdiano
por En cuerpo y alma
José Lázaro Galdiano |
Sí, porque uno de los aniversarios importantes de este año preñado de aniversarios, es precisamente el de uno de los grandes filántropos españoles de todos los tiempos, D. José Lázaro Galdiano.
Nacido en Beire, en Navarra, el 30 de enero de 1862, e hijo de Leoncio Lázaro y Manuela Galdiano, modestos terratenientes de hidalga estirpe, queda huérfano de madre a temprana edad, y su padre lo envía a estudiar con los escolapios de Sos del Rey Católico. Mientras trabaja en banca, estudia los cursos preparatorios de Derecho en la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid. En 1881 nos lo encontramos dirigiendo una revista de reciente publicación, “El Liceo” de Valladolid. De la capital castellana se desplaza a Málaga y en 1882 a Barcelona, donde conoce a Emilia Pardo Bazán, con quien le unirá para siempre gran amistad. En Madrid desde 1888, dirige la revista “La España Moderna”. Ya desde sus primeros momentos, su afán coleccionista convertirá su primera casa madrileña en la cuesta de Santo Domingo en un verdadero museo.
Nacido en Beire, en Navarra, el 30 de enero de 1862, e hijo de Leoncio Lázaro y Manuela Galdiano, modestos terratenientes de hidalga estirpe, queda huérfano de madre a temprana edad, y su padre lo envía a estudiar con los escolapios de Sos del Rey Católico. Mientras trabaja en banca, estudia los cursos preparatorios de Derecho en la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid. En 1881 nos lo encontramos dirigiendo una revista de reciente publicación, “El Liceo” de Valladolid. De la capital castellana se desplaza a Málaga y en 1882 a Barcelona, donde conoce a Emilia Pardo Bazán, con quien le unirá para siempre gran amistad. En Madrid desde 1888, dirige la revista “La España Moderna”. Ya desde sus primeros momentos, su afán coleccionista convertirá su primera casa madrileña en la cuesta de Santo Domingo en un verdadero museo.
Palacio de Parque Florido |
En 1903, con cuarenta y un años de edad, casa con la argentina Paula Florido y Toledo, tres veces viuda, con la que comparte su pasión por el coleccionismo. La importante fortuna de ambos cónyuges, pues para ese entonces Lázaro Galdiano es ya muy rico, les permitirá la construcción del palacete de Parque Florido, de estilo neorrenacentista que se convertirá en sede de su fabulosa colección. El fallecimiento en 1932 de su esposa provocará en él un cierto retraimiento, pero no el fin de su pasión coleccionista. Lázaro pasará la Guerra Civil española en París, desplazándose luego a Nueva York y retornando definitivamente a Madrid en 1945.
Salvador adolescente. Giovanni Antonio Boltraffio, discípulo de Leonardo. |
La colección de arte de José Lázaro reúne unas 12.600 piezas de los géneros artísticos más diversos. Destaca su pinacoteca de más de 750 pinturas, con autores españoles como Pedro Berruguete, Zurbarán, Ribera, Murillo, Velázquez, Claudio Coello, Goya; ingleses como Gainsborough, Constable o Ramsay; flamencos y alemanes, como las “Meditaciones de San Juan Bautista” de El Bosco, así como un precioso “Salvador adolescente” tradicionalmente atribuido a Leonardo, aunque hoy se considera de su discípulo Giovanni Antonio Boltraffio. Su colección de tablas góticas y primer renacimiento español se considera de las mejores del mundo. Junto a ellas destacan sus colecciones de escultura, esmaltes, marfil, orfebrería, joyas, armaduras, muebles, cerámicas, cristalería…
No es el coleccionismo, de todas maneras, el único aspecto de la actividad intelectual de Lázaro Galdiano, pues nuestro gran coleccionista fue también un grandísimo bibliófilo, haciéndose con obras como el “Libro de horas” de Gian Giacomo Trivulzio, el “Tratado de la Pintura Sabia” de Fray Juan Ricci, o el “Libro de descripción de verdaderos retratos, de ilustres y memorables varones”, manuscrito de Francisco Pacheco, maestro y suegro de Velázquez. Su increíble biblioteca incluye también casi dos mil volúmenes propiedad de su gran amigo Antonio Cánovas del Castillo, los cuales adquirió tras su asesinato en 1897.
Y aún desarrolla Lázaro una tercera actividad de gran importancia: la edición. Ya muy joven colabora como crítico de arte en periódicos como “La Vanguardia” de Barcelona, o “El Liberal” de Madrid. En 1889, residiendo en Madrid, funda la editorial La España Moderna y la revista literaria del mismo nombre, doscientas páginas mensuales durante veinticinco años ininterrumpidos, hasta 1914, en la que colaboran firmas de la importancia de Emilia Pardo Bazán, Unamuno, Echegaray, Clarín, Zorrilla, Pérez Galdós, Menéndez Pelayo, Giner de los Ríos, Cánovas... También publica en la revista, a menudo por primera vez en español, autores extranjeros como Dostoievsky, Tolstoi, Balzac, Flaubert, Gorki y Zola.
La editorial editará centenares de títulos literarios, y otras revistas como la “Revista internacional”, la “Revista de derecho y sociología” y “La nueva ciencia jurídica”.
Amén de todo ello, Lázaro será elegido miembro del Ateneo de Madrid y del patronato del Museo del Prado, siendo uno de los grandes defensores de su época del patrimonio artístico español, expoliado por los coleccionistas extranjeros.
José Lázaro Galdiano morirá en Madrid el 1 de diciembre de 1947. Lega su impresionante colección al Estado español, creándose la fundación que lleva su nombre en 1948, y abriéndose en 1951, en su palacete de Parque Florido, sito en la calle Serrano 122 de Madrid, el museo que lleva su nombre, tras unas reformas de adecuación dirigidas por Fernando Chueca Goitia. Tan impresionante museo y una de las colecciones privadas más importantes del mundo perpetúan su memoria, como también lo hace una calle en la villa y corte.
©L.A.
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