Historiador y arqueólogo
Uno de los profesores jesuitas que fue un gran maestro se llamó: Manuel Sotomayor Muro, S.I. Hoy tiene en la ciudad de Andújar un museo rotulado a su nombre.
El padre Sotomayor era el profesor de Historia de la Iglesia y Arqueología Cristiana, a quien tuve la suerte de que me impartiera clase en la Facultad de Teología de Granada. Era un excelente maestro y pedagogo.
Como buen arqueólogo trabajó muchos años en la zona cercana al pueblo de Andújar, donde había yacimientos, principalmente, romanos. Allí el buen jesuita Sotomayor pasó muchas horas regando aquellos surcos con su sudor hasta sacar piezas absolutamente perdidas bajo el limo y el paso de los siglos.
Con paciencia de bendictino medieval, pero sin perder su identidad de miembro de la Compañía de Jesús, el gran investigador limpió aquellas piezas extraídas de las excavaciones de los asentamientos romanos, siendo el consistorio local quien habilitó el museo que hoy se puede visitar en la localidad iliturgitana.
Ahora, el museo, está siendo remodelado con una ayuda económica del concejo local y de una compañia empresarial.
Desde el más allá, el padre Sotomayor, estará sonriente y feliz que sus hallazgos no están envueltos en tierra, como lo estuvieron más de dos mil años. Descanse en paz, el buen historiador, arqueólogo y maestro, de quien firma este post.
Tomás de la Torre Lendínez
El padre Sotomayor era el profesor de Historia de la Iglesia y Arqueología Cristiana, a quien tuve la suerte de que me impartiera clase en la Facultad de Teología de Granada. Era un excelente maestro y pedagogo.
Como buen arqueólogo trabajó muchos años en la zona cercana al pueblo de Andújar, donde había yacimientos, principalmente, romanos. Allí el buen jesuita Sotomayor pasó muchas horas regando aquellos surcos con su sudor hasta sacar piezas absolutamente perdidas bajo el limo y el paso de los siglos.
Con paciencia de bendictino medieval, pero sin perder su identidad de miembro de la Compañía de Jesús, el gran investigador limpió aquellas piezas extraídas de las excavaciones de los asentamientos romanos, siendo el consistorio local quien habilitó el museo que hoy se puede visitar en la localidad iliturgitana.
Ahora, el museo, está siendo remodelado con una ayuda económica del concejo local y de una compañia empresarial.
Desde el más allá, el padre Sotomayor, estará sonriente y feliz que sus hallazgos no están envueltos en tierra, como lo estuvieron más de dos mil años. Descanse en paz, el buen historiador, arqueólogo y maestro, de quien firma este post.
Tomás de la Torre Lendínez
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