De la lección de Gallardón
por En cuerpo y alma
Nunca fue santo de mi devoción. Tampoco la reforma de la ley de aborto que proponía, que por sus contenidos me sigue pareciendo inaceptable, aunque sí la haya defendido por cuanto tenía de paso atrás y de demostrar al mundo que el paso atrás es posible. Amén de otras razones que he tenido ocasión de exponer en esta misma columna (pinche aquí si desea conocerlas). Me cuento pues, entre los que, a pesar de todo, lamentan que no se haya aprobado.
Pues bien, aunque como ya he dicho no fue nunca santo de mi devoción, no puedo sino reconocer que en la hora postrera ha dado una lección de gallardía política, haciendo en ella honor a su apellido. El Sr. Gallardón ha dimitido en el exacto momento en el que tenía que hacerlo, ni un minuto antes, ni un minuto después, lo que adquiere especial significación en un país como el nuestro, en cuyo idioma la primera persona del presente del verbo “dimitir” no conoce conjugación. Lo ha hecho, además, sin paliativos: de su ministerio, de su escaño… Por dimitir ha dimitido ¡¡¡hasta de la política!!! No sé si hacía falta tanto.
Más allá de las consideraciones morales que son las que verdaderamente importan y hacen al caso en las que no necesito explayarme por haberlo hecho ya en sobradas ocasiones, la manera en la que el Sr. Rajoy ha manejado el expediente “ley del aborto” le descalifica para la política. No puedo sino repetir el argumento que ya tuve ocasión de exponer cuando escribí hace sólo unos días “Del aborto en el programa con el que el Partido Popular ganó las elecciones”: “si estas promesas electorales no se pensaban cumplir y se consideraban una rémora del programa… ¿para qué se formularon? Y si se formularon y con ellas se ganaron unas elecciones… ¿por qué no se cumplen?”.
Para dar las razones que el Sr. Rajoy ha dado para explicar lo inexplicable, mejor se habría quedado callado: son un monumento a la incongruencia, a la debilidad intelectual, a la incapacidad argumental, y suenan hipócritas, a burla a una parte muy importante de su electorado… una verdadera pedrada a la inteligencia.
Después de contender con él durante nada menos que siete años en los que le derrotó en hasta dos ocasiones –no sé a cuantos políticos del mundo podría haber derrotado un ZP en dos ocasiones-, podría haber aprendido algo el Sr. Rajoy del Sr. Zapatero, que en el primer mes de su gobierno, en el primero, había dado carpetazo a la mitad de su programa electoral, derogando mediante real decreto toda una ley orgánica de enseñanza aprobada por el anterior gobierno del Sr. Aznar, suspendiendo la aplicación del Plan Hidrológico y retirando las tropas enviadas por España en misión de paz a Irak… ¡En un solo mes! El Sr. Rajoy lleva casi tres años gobernando y al final… ¡¡¡para tirarse este pedito!!!
Que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos. Mañana más.
©L.A.
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