Domingo, 24 de noviembre de 2024

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De las claves del "abucheo" a Zapatero en Avila

por En cuerpo y alma

 
            El debate sobre humanismo celebrado en la Universidad Católica de Avila entre el Cardenal Cañizares y D. José Luis Rodríguez Zapatero, en tiempos no muy lejanos inimaginable, como con toda claridad demuestra la trayectoria de éste último, va camino de pasar a la historia por algo tan adyacente como el abucheo que habría sufrido el anterior presidente del Gobierno español por parte del público presente en la sala.
 

   
 
            Efectivamente, muchos son los medios que han centrado en esa palabra, "abucheo", lo ocurrido en Avila. Así, “Periodista Digital” titula:
 
            “Reaparición en un acto junto al cardenal Cañizares. El milagro de Santa Teresa no alcanza para evitar un atronador abucheo a ZP en Ávila”.
 
            En parecidos términos se expresa el diario “20 Minutos”:
 
            “Zapatero es abucheado en Ávila durante su reaparición en un acto junto al cardenal Cañizares”.
 
            “El País” lo hace así:
 
            “Abucheos a Zapatero a su llegada a un debate con Cañizares”.
 
            Y la verdad, es mucho lo que sobre el citado abucheo puede decirse. En primer lugar, que los titulares, e incluso en algún caso, el contenido de la noticia, inducen grosera y también interesadamente, a la confusión, pues hacen pensar que los hechos comentados ocurrieron en el exterior del Palacio a la llegada del líder socialista y de manera más o menos orquestada, cuando en realidad, ocurrieron espontánea e inesperadamente y dentro de la sala, una vez que los dos protagonistas del debate se hallaban sentados en la mesa y eran presentados por el moderador, el Sr. Marhuenda.
 
            Más importante todavía es explicar precisa y correctamente lo que ocurrió. Y es que más allá de algún pitido solitario, que lo hubo, y de que aislados elementos aprovecharan que “el Adaja [en este caso] pasa por Avila” para excederse inadecuadamente, lo que tuvo lugar no fue exactamente un abucheo al uso como tantos otros que ha recibido el anterior presidente del Gobierno, si bien sí es justo reconocer que, efectivamente, así fue percibido por los tres componentes de la mesa: desde su moderador, Francisco Marhuenda, hasta el Cardenal Cañizares, pasando por el propio aludido, el Sr. Rodríguez Zapatero, como demuestran tanto la sonrisa con la que éste respondió, idéntica a aquélla con la que ha acompañado otros desplantes similares, como las respuestas que proporcionaron moderador y Cardenal.
 
            Lo que verdaderamente irritó al público y provocó lo que cabría definir más bien como una protesta, algo airada eso sí, que como un abucheo, es que el Sr. Marhuenda se refiriera al Sr. Rodríguez Zapatero como “Excmo. Sr. Presidente Rodríguez Zapatero”, a lo que buena parte del público, y no sólo unos pocos, objetó: “¡Ex-presidente, no presidente!”.
 
            Sin percatarse de que ello era lo que producía la irritación del público, el Sr. Marhuenda insistió en el término en hasta dos/tres ocasiones más, percibiéndose con toda claridad a los ojos de quienes contemplábamos la escena, entre los cuales éste cronista, cómo en la última de ellas incluso intentaba comprender qué es lo que ocurría entre el público cada vez que mencionaba al debatiente que se hallaba a su izquierda, sospechando quizás que se trataba de algo más que de una mera cuestión de antipatía.
 
            Sólo al final del debate, el Sr. Marhuenda se refirió al líder socialista como "ex-presidente", alusión que el público recibió entonces en perfecto silencio.
 
            Ahora bien, todo esto expuesto y para el perfecto y completo análisis del tema, la cuestión es: ¿obró erradamente el Sr. Marhuenda al referirse al Sr. Rodríguez Zapatero como “Excmo. Sr. Presidente Rodríguez Zapatero” y no como "ex-presidente"? Pues bien, no. Por mucho que el público fuera incapaz de comprenderlo, -y yo a mi vez, comprendo que es fácil comprender que no lo comprendiera-, el trato que corresponde al Sr. Rodríguez Zapatero, como al Sr. Aznar, como al Sr. González, como al Sr. Calvo Sotelo si viviera, como al Sr. Suárez, no es el de “ex-Presidente”, sino el de “Presidente”.
 
            Cosa distinta es que Marhuenda hubiera dicho “el Excmo. Sr. Presidente del Gobierno”, en cuyo caso la protesta del público habría sido acertada y vendría avalada por el más minucioso protocolo. Pero no dijo “el Excmo. Sr. Presidente del Gobierno”, sino “el Excmo. Sr. Presidente Rodríguez Zapatero”.
 
            Curioso ver como las cosas del protocolo terminaron finalmente por provocar, en este caso, un verdadero conflicto o malentendido protocolario. “Cosas del directo”, diría alguno. “La vida es así, no la he inventado yo”, añadiría el cantante. No erró Marhuenda al presentar al ex-presidente del Gobierno. Pero tampoco deberíamos hablar los periodistas, si realmente quisiéramos ser leales con la realidad y aceptáramos por una vez despojarnos de toda intencionalidad que no fuera la de describirla, de un abucheo y sí de una protesta. No diré que no exenta de cierta crispación. Incluso errada si se quiere, como hemos visto… Pero protesta. Abucheo, y menos aún premeditado u orquestado, nunca.
 
 
            ©L.A.
            encuerpoyalma@movistar.es
 
 
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