Últimas horas del 7 de agosto, a 5km de Cuenca. Fusilan al tercer Obispo
Nada más iniciada la contienda civil, un día después, el 19 de julio de 1936 un grupo de milicianos armados rodearon el palacio episcopal, donde quedó prisionero para pasar unos días después, el 28, al Seminario, en compañía de otras personas y del Beato Fernando Español, su fiel familiar y secretario. El Alcalde de la ciudad intentó liberarlo enviando a la Guardia Civil para que saliera disfrazado entre ellos con el uniforme de la benemérita. Monseñor Cruz se negó rotundamente a ello, diciendo que su uniforme era la sotana y su obligación estar junto a las almas a él encomendadas. Y en la noche del 7 al 8 de agosto fue conducido con don Fernando a la carretera de Villar de Olalla. Y en el kilómetro cinco, en el cerro denominado “Puente de la Sierra”, una bala de fusil y siete de pistola les quitaron la vida por el solo hecho de ser sacerdotes y profesar su fe en Cristo.
Las últimas palabras del Beato Cruz fueron: “que Dios os perdone, como yo os perdono y bendigo...”. Y ya no pudo decir más. Sus restos quedaron junto a la cuneta hasta que, levantado el cadáver, fue enterrado juntamente con el Sr. Obispo, en el cementerio de la ciudad Sus restos recibieron sepultura en el cementerio de la ciudad. Hoy son venerados en la catedral de Cuenca.
Beato Cruz Laplana Laguna
Nació en Plan (Huesca) el 3 de mayo del año 1875. Pronto sintió inclinación por el sacerdocio y a los 11 años ingresó en el seminario de Barbastro, en donde se formó intelectualmente en las ciencias profanas y eclesiásticas y acrecentó su vida de piedad. Fue muy apreciado por todos sus compañeros y profesores. Fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1898. De 1912 a 1916 fue ecónomo y párroco de Caspe, donde brilló por su caridad y buena acogida de todos los caspolinos, fomentando además el culto y la práctica de los sacramentos y el culto a la Sagrada Eucaristía. Luego, hasta 1922, trabajó como párroco de la iglesia zaragozana de San Gil. Brilló por su celo y caritativa dedicación por las gentes más humildes.
Nombrado Obispo de Cuenca, fue consagrado en Zaragoza el 26 de marzo de 1922. Ejerció con gran celo su labor apostólica durante 14 años. Realizó la nueva reestructuración de la diócesis y puso sumo interés en la formación integral de los alumnos del Seminario. Fomentó las asociaciones piadosas y caritativas de la Acción Católica y las Hijas de María. Al tomar posesión en un domingo de Ramos, alguien, durante la triunfal entrada en la ciudad, dijo que nunca detrás de aquel día llegara un viernes santo. Pero las horas difíciles llegaron.
Beato Fernando Español Berdié
Nació el 11 de octubre de 1875 en Anciles (Huesca). Tras finalizar la carrera de abogado, pronto cambió su rumbo, ingresando en el Seminario de Barbastro. Fue ordenado sacerdote el 1 de junio de 1901. En 1921 Monseñor Cruz Laplana le llamó para ser su familiar (secretario personal). Fue nombrado canónigo, maestro de ceremonias y profesor del Seminario. Vivió pobremente, y el poco dinero que ganaba lo repartía entre los necesitados de la pequeña ciudad. Una vez iniciada la contienda civil, compartió la prisión con su obispo, tanto en el Palacio como en el Seminario. Y si bien le dijeron que a él no lo buscaban, no quiso separarse de Monseñor Cruz. Con él rezaba y celebraba el santo sacrificio de la Misa, compartían el sacramento de la reconciliación y así se preparaban para pasar a la vida eterna.
Nombrado Obispo de Cuenca, fue consagrado en Zaragoza el 26 de marzo de 1922. Ejerció con gran celo su labor apostólica durante 14 años. Realizó la nueva reestructuración de la diócesis y puso sumo interés en la formación integral de los alumnos del Seminario. Fomentó las asociaciones piadosas y caritativas de la Acción Católica y las Hijas de María. Al tomar posesión en un domingo de Ramos, alguien, durante la triunfal entrada en la ciudad, dijo que nunca detrás de aquel día llegara un viernes santo. Pero las horas difíciles llegaron.
Beato Fernando Español Berdié
Nació el 11 de octubre de 1875 en Anciles (Huesca). Tras finalizar la carrera de abogado, pronto cambió su rumbo, ingresando en el Seminario de Barbastro. Fue ordenado sacerdote el 1 de junio de 1901. En 1921 Monseñor Cruz Laplana le llamó para ser su familiar (secretario personal). Fue nombrado canónigo, maestro de ceremonias y profesor del Seminario. Vivió pobremente, y el poco dinero que ganaba lo repartía entre los necesitados de la pequeña ciudad. Una vez iniciada la contienda civil, compartió la prisión con su obispo, tanto en el Palacio como en el Seminario. Y si bien le dijeron que a él no lo buscaban, no quiso separarse de Monseñor Cruz. Con él rezaba y celebraba el santo sacrificio de la Misa, compartían el sacramento de la reconciliación y así se preparaban para pasar a la vida eterna.
Comentarios