De un ZP que ya no se divierte ni en la Alianza de Civilizaciones
por Luis Antequera
El pasado jueves, Zapatero anunciaba que no acudiría a la cumbre de la Alianza de Civilizaciones que ha constituido, junto con el eje Caracas-La Habana-Madrid, -y aún éste estrepitosamente fracasado- la única coordenada enunciable de su política exterior, una más de las muchas políticas que en el exiguo plazo de seis años ha conseguido reducir a literales cenizas.
Me llama la atención la unanimidad con la que los medios han tratado la noticia. Así, el Periódico de Cataluña afirma: “El jefe del ejecutivo se queda para intentar impulsar el pacto con sindicatos y patronal”. Europa Press que “Zapatero decidió no asistir a dicho cónclave por el Consejo de Ministros de mañana, donde previsiblemente se aprobará el techo de gasto de los Presupuestos para 2011, y por las dificultades para cerrar la reforma laboral”. ABC que "Zapatero cancela su viaje a Brasil por la situación de la economía española y para impulsar la reforma laboral”. El más crítico resultó ser El País, que aunque hablaba de parecidas razones, al menos añadía que las mismas no eran sino las que “alegaba el Presidente”.
Personalmente, no creo que haya que ser un psicólogo finísimo para percatarse de que, como dice El País, las aducidas no son otra cosa que las razones alegadas por el insolvente inquilino de la Moncloa, pero que las mismas nada tienen que ver con la realidad. La realidad es que a Zapatero nunca le ha atraído la escena internacional, en la que su falta de formación y preparación y su absoluta invalidez idiomática, le hacen sentir un perfecto Don Nadie. Innecesario recordar bochornosos ridículos como el sufrido en aquella cumbre OTAN en la que el insolvente inquilino de la Moncloa combatía con Morfeo, mientras sus homólogos europeos se disponían para la foto oficial; o el de aquella negociación, por llamarlo de alguna manera, en la que España renunció unilateralmente y a cambio de nada, a los importantes fondos estructurales que recibía de la UE y que tan bien nos habrían venido en las presentes circunstancias; o el de aquella invitación a Bernardino León en una cumbre euromediterránea, recogida a micrófono cerrado, a alcanzar algún acuerdo “como sea”, siendo así que el Presidente no tenía ni pajolera idea de lo que se dilucidaba en la cumbre; o el plantón dado a Polonia, uno de los principales socios europeos por aquel entonces -naturalmente dejó de serlo-, para el que apenas alegó otra cosa que cansancio.
Siempre he dicho que la única cualidad con la que está adornado el incapaz que nos gobierna es la de zumbar al PP, cosa para la que está particularmente dotado y que es la única que explica y justifica tan larga como incomprensible permanencia en un palacio, el de la Moncloa, que le queda grande como los trajes que utilizaba cuando llegó a ella. Pero la escena internacional, lo que se dice la escena internacional, siempre aburrió profundamente a nuestro presidente.
Al menos hasta ahora, tenía un juguetito con el que entretenerse cuando salía fuera, y en el que las ningunidades con las que nos obsequia en todas y cada una de sus salidas –“la tierra sólo es del viento”, “la igualdad de sexos es más eficaz contra el terrorismo que la fuerza militar”; “mi patria no es España sino la libertad”; “el cambio climático ha producido ya más víctimas que el terrorismo internacional”- eran más celebradas: "su" Alianza de Civilizaciones. A estas alturas, sin embargo, a nuestro Presidente ni “su” Alianza de Civilizaciones le divierte ya.
Y razones no le faltan al Sr. Zapatero..., que para decirle la Sra. Merkel lo que tiene que hacer... ¿quién necesita salir de España teniendo a mano un teléfono?
Al menos hasta ahora, tenía un juguetito con el que entretenerse cuando salía fuera, y en el que las ningunidades con las que nos obsequia en todas y cada una de sus salidas –“la tierra sólo es del viento”, “la igualdad de sexos es más eficaz contra el terrorismo que la fuerza militar”; “mi patria no es España sino la libertad”; “el cambio climático ha producido ya más víctimas que el terrorismo internacional”- eran más celebradas: "su" Alianza de Civilizaciones. A estas alturas, sin embargo, a nuestro Presidente ni “su” Alianza de Civilizaciones le divierte ya.
Y razones no le faltan al Sr. Zapatero..., que para decirle la Sra. Merkel lo que tiene que hacer... ¿quién necesita salir de España teniendo a mano un teléfono?
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