De la razón del ensañamiento de algunos contra los curas pederastas
por Luis Antequera
El problema de la pedofilia entre el clero es un problema grave porque la Iglesia defiende un mensaje que aspira a la santidad, pero no lo es, desde luego, porque la proporción de pederastas entre el clero sea superior a la que existe en el resto de la sociedad.
Como persona que quiere a la Iglesia, reclamo de ella y de sus autoridades una solución firme y tajante, que no deje resquicios y que, en terminología de su fundador, sea capaz de separar la buena semilla de la mala. Pero acusar al clero de pederasta porque un porcentaje ínfimo de sus miembros lleve a cabo tan nefanda práctica, sería como acusar a los políticos de corruptos porque algunos de ellos practican el chanchullo. Y les voy a decir una cosa: soy de los que cree que hay más chanchullo en la política que pedofilia en el clero. Y como yo, muchas otras personas, la mayoría en realidad. Y así, mientras los españoles consideramos la corrupción política como el tercero de nuestros problemas, por delante de algunos tan llamativos como el terrorismo, no sé a que lugar habría que descender para encontrar como problema el de los curas pederastas. Y ello aún a pesar del elevadísimo porcentaje de padres que hemos encomendado a la Iglesia nada más y nada menos que la educación de nuestros niños, esos de los que los pederastas abusan: 1,3 millones de niños escolarizados en centros vinculados a la Iglesia sobre un total de 7 millones de alumnos, a saber, casi uno de cada cinco escolares españoles.
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