Del bebé que sobrevivió a un aborto y fue abandonado hasta morir
por Luis Antequera
Mucho me gustaría poder contarles que la noticia que les traigo a colación ocupa las portadas de los más importantes diarios y ha estremecido las conciencias de los gobernantes de los principales países del planeta, suscitando un proceso de reflexión llamado a producir importantes efectos en todo el mundo. Sin embargo no es así, y la que les voy a contar es una de esas noticias espeluznantes que traspasan las portadas como la brisa una ventana, sin hacer ruido ni dejar marca, y se esconde en las notas de sociedad de letra pequeña en alguna recóndita página de internet.
Ha ocurrido en Italia, en una ciudad del sur llamada Rossano. Trátase de un niño condenado a ser abortado por una malformación congénita. La página de la que extraigo la noticia, la del Movimento per la vita italiano, no informa en qué consiste la malformación. En cualquier caso, el embarazo se halla avanzado, pues el feto tiene ya veintidós semanas, dense Vds. cuenta, cinco meses, tantos que la medicina no tiene hoy problemas en conseguir la supervivencia de los bebés de esa edad, unos bebés que, para que se hagan Vds. una idea, miden ya cerca de los 30 centímetros y pesan casi medio kilo.
El caso es que, practicada la intervención abortiva, el bebé permaneció vivo sin que ningún médico le asistiera en modo alguno, y así permaneció ignoro cuántas horas, hasta que de guisa tal fue hallado por el párroco de la capilla del hospital en el que se realizó la intervención. El bebé fue trasladado a un hospital en Cosenza, pero naturalmente, nada es ya lo que se pudo hacer por salvar su vida y terminó muriendo.
Consuela saber que el fiscal de Rossano ha abierto un expediente del que podría resultar una condena por homicidio de los médicos que desatendieron al bebé. Se informa también de que en el Parlamento italiano un diputado ha realizado una pregunta sobre el tema al Ministro de Salud, lo que debería ser una buena noticia salvo por el nimio detalle de que cuando en nuestro país, sin ir muy lejos, una cadena de televisión denunció el fraude de ley en el que los abortos se producían en España, la respuesta del Gobierno consistió en reformar la Ley para que los repugnantes abortorios que así actuaban, sin cambiar en modo alguno su manera de actuar, pasaran a hacerlo dentro de la más favorable legalidad. Por lo que a estas alturas, uno casi prefiere que los legisladores miren para otro lado y no hagan preguntas indiscretas que sólo parecen conducir a legislaciones más y más lesivas para con el niño no nacido.
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