De un gran campeón llamado Armstrong

       Aunque no quiero empezar este artículo sin felicitar a Alberto Contador por su magnífico triunfo en el Tour, segundo de los suyos personales, cuarto consecutivo de los ciclistas españoles, y duodécimo de los que cosecha el ciclismo español en toda la historia de la ronda francesa, no es, sin embargo, de Contador de quien quiero hablar hoy, sino de aquél que ha acabado encarnando el papel de satán en el mismo evento, el norteamericano Lance Armstrong.

       Pues bien, a mi muy humilde entender, el gran deportista que es Armstrong ha llevado a la práctica una de las grandes gestas deportivas de la historia, a saber, volver a los circuitos después de tres años de inactividad, a una edad de nada menos que treinta y siete años y conseguir un resultado, su tercer puesto en la general, que habría bastado para llenar la sala de trofeos del más ambicioso deportista. Pero es que antes de llevar a cabo esta nueva gesta, Lance había conseguido ya otra inédita, la de ganar siete tours, y lo había hecho, muchos parecen querer olvidarlo, después de superar una enfermedad tan penosa como un cáncer testicular con metástasis cerebral.

       Nunca he entendido por qué razón desde el mismo instante en que Lance anunció que volvía a la competición, los medios y la opinión pública españoles se lanzaron como lo hicieron a la crítica feroz e inmisericorde del gran deportista norteamericano. Sólo se me ocurre una: Lance Armstrong es un ejemplo de lucha contra la adversidad, de superación, de esfuerzo, de sacrificio, de ambición, Lance Armostrong con su trabajo y con sus éxitos es una oda al mérito, y todos esos son conceptos, bien lo sabemos, que no conocen estos días y por estos lares sus mejores logros.

       Si, a pesar de todo, hubiera siquiera un poquito más de inteligencia y, desde luego, mucha menos mezquindad, los incontables detractores que en este país tiene Lance Armstrong habrían aceptado que, por un lado, nadie tenía derecho a reprochar a Lance ni que volviera a la competición ni que lo hiciera todo para ganar; pero por otro, y no menos, que su presencia en Francia, lejos de eclipsarlo, sólo ha engrandecido el triunfo de Contador, a quien, como a Lance, espero ver ganando siete tours.