Esta mujer da un testimonio de misericordia y perdón, tanto recibido como ofrecido
Abortó y practicó el esoterismo pero Mariana se convirtió tras quedar parapléjica por un disparo
Mariana Barragán es testigo de la fuerza de la misericordia y del perdón. Y lo ha experimentado en un doble sentido pues ella se ha sentido perdonada por Dios y por su hijo tras abortar y ha podido perdonar al hombre que la dejó en silla de ruedas para siempre por un disparo.
Desde joven no se enfrentó a los sufrimientos que llegaban a su vida sino que intentó esquivarlos llenando su vida con otras cosas que la hicieron sufrir aún más. La enfermedad de su madre, que padecía cáncer, fue el desencadenante. “Cuando recibí la terrible noticia mi vida cambió súbitamente”.
Su madre murió y la vida de Mariana se sumió en el más absoluto desordén. “Fue un dolor muy intenso, no imaginaba mi vida sin mi madre y para evadirme de la realidad inicié una ‘vida nueva’”. Consistía en vivir la “felicidad” que el mundo le ofrecía por lo que su vida pasó a ser la fiestas y los excesos. Bebía de más, mantenía relaciones sexuales con personas que conocía e incluso llegó a probar las drogas.
Aborto: "¡adiós bebé!"
Además, esta mujer mexicana recuerda que practicó el “esoterismo, fui a que me adivinaran el futuro sin saber en ese momento que sólo le estaba abriendo puertas al mal. Así fue mi vida durante tres años”.
Pero todavía le tocaban vivir males que convivirían con ella durante muchos años. En esta etapa llegó a tener varios novios y en una de estas relaciones se quedó embarazada. “Con mi pareja las cosas no iban bien, y me propuso dos opciones: casarnos o abortarlo”, recuerda Mariana. Y finalmente “abortamos, fuimos a una clínica y ¡adiós, bebé! Al despertar, lloré pero inmediatamente lo bloquee y me dije: ‘¿para qué lloras si no había vida?’”.
El disparo que le cambió la vida
Tras el aborto siguió con la misma vida que llevaba. Noche, alcohol, fiesta y sexo hasta que un día su vida cambió para siempre. Mariana tenía 24 años y un día al salir del trabajo iba a ir al cine con sus compañeros y al subirse al coche se les acercó una persona que debajo del abrigo llevaba una pistola y una escopeta. El hombre disparó y ella fue alcanzada por una bala.
“Cuando desperté me dijeron que la persona que me disparó estaba muy drogado, me disparó, cogió un taxi y se fue a una farmacia para asaltarla porque quería más droga, la Policía llegó y le disparó nueve veces pero está vivo”, recuerda Mariana en una entrevista en Mater Mundi TV. Y cuenta que en ese momento “yo tenía un odio horrible y me preguntaba cómo era posible que estuviera vivo, por qué no había muerto”.
En el hospital le dieron la noticia que marcaría su vida para siempre: nunca más volvería a andar. “Cuando me dieron esa noticia lloré muchísimo, me quería morir”.
Pudo sentir compasión por su agresor
Un mes después su abogado le dijo tenía que ir a declarar y a reconocer a la persona que le disparó. Ella no quería pero la única forma de que le juzgaran. Afirma que “cuando le vi pasó algo increíble en mi vida, algo sobrenatural. Cuando estábamos frente a frente empecé a sentir paz, compasión, ternura y misericordia de él”.
Sin embargo, Mariana Barragan confiesa que “todavía no sabía que era una gracia que Dios me había dado en ese momento”.
En ese momento su abuela le hizo un regalo que no valoró hasta mucho tiempo después. Era un libro sobre la Virgen de la paz de Medjugorje. “Me dijo que lo leyera porque me iba a sanar al corazón”. Pero el libro fue directamente a su armario.
Mientras tanto, Mariana intentaba recuperar la normalidad en su vida. Explica que “Dios iba trabajando en mí y me hizo ver que había dos opciones: ser feliz a pesar de mis circunstancias o quedarme en la cama llorando amargada y decidí luchar”.
El extraordinario suceso de la discoteca
Curiosamente, varias personas de su entorno empezaron a hablarla de la Virgen pero ella no quería saber nada hasta que algo muy extraño ocurrió en una discoteca. “Se acercó a mí un chico guapo y me pidió sentarse conmigo. Entonces me dijo: ¿has oído hablar de la Virgen de la paz de Medjugorje?”.
Ella no daba crédito y le contó lo del libro de su abuela y él le dijo que lo leyera porque le cambiaría la vida. Y se levantó y se fue.
Mariana ofrece su testimonio allá donde va para ayudar a tanta gente como pueda
Tras este momento lo primero que hizo Mariana fue leer el libro de la Virgen y su vida empezó a cambiar justo en ese momento. “Empecé a sentir paz y lo importante que es rezar el Rosario por lo que empecé a rezar todos los días y a enamorarme de la Virgen”, asegura.
La absolución del pecado del aborto
Poco después acudió a un retiro espiritual donde siguió este enamoramiento de Dios en el que “lloraba de sentirme tan amada”. Pero todo el sufrimiento del aborto seguía en lo profundo de su corazón. Y entonces le hablaron del pecado por lo que empezó a recordar todas las cosas malas que había hecho en su vida y también el aborto de su hija siendo consciente de que había matado a su bebé.
Sentía un dolor muy fuerte por lo que había hecho en el pasado pero pudo experimentar la fuerza de la misericordia tras recibir la absolución por parte del obispo.
Pero además otro acontecimiento la ayudó a perdonarse a sí misma. Estaba en una capillita dedicada a los niños no nacidos y un sacerdote llegó con un grupo de peregrinos y les empezó a hablar de las consecuencias del aborto.
Una voz dulce me dijo: "no llores, ya te perdoné"
Entonces, este cura realizó una oración de sanación por las personas que habían abortado. Y dijo que “si alguien de los que está aquí abortó le pido que abra el corazón para que les puedan entregar a su hijo. Y en ese momento cerré los ojos y vi una imagen de Jesús con un bebé en sus brazos y luego tenía yo a este bebé en mis brazos. Yo lloraba y le pedía perdón pero una voz muy dulce me dijo: ‘no llores, ya te perdoné’”.
Desde entonces Mariana no solo es una devota católica sino también una importante activista provida.
Desde joven no se enfrentó a los sufrimientos que llegaban a su vida sino que intentó esquivarlos llenando su vida con otras cosas que la hicieron sufrir aún más. La enfermedad de su madre, que padecía cáncer, fue el desencadenante. “Cuando recibí la terrible noticia mi vida cambió súbitamente”.
Su madre murió y la vida de Mariana se sumió en el más absoluto desordén. “Fue un dolor muy intenso, no imaginaba mi vida sin mi madre y para evadirme de la realidad inicié una ‘vida nueva’”. Consistía en vivir la “felicidad” que el mundo le ofrecía por lo que su vida pasó a ser la fiestas y los excesos. Bebía de más, mantenía relaciones sexuales con personas que conocía e incluso llegó a probar las drogas.
Aborto: "¡adiós bebé!"
Además, esta mujer mexicana recuerda que practicó el “esoterismo, fui a que me adivinaran el futuro sin saber en ese momento que sólo le estaba abriendo puertas al mal. Así fue mi vida durante tres años”.
Pero todavía le tocaban vivir males que convivirían con ella durante muchos años. En esta etapa llegó a tener varios novios y en una de estas relaciones se quedó embarazada. “Con mi pareja las cosas no iban bien, y me propuso dos opciones: casarnos o abortarlo”, recuerda Mariana. Y finalmente “abortamos, fuimos a una clínica y ¡adiós, bebé! Al despertar, lloré pero inmediatamente lo bloquee y me dije: ‘¿para qué lloras si no había vida?’”.
El disparo que le cambió la vida
Tras el aborto siguió con la misma vida que llevaba. Noche, alcohol, fiesta y sexo hasta que un día su vida cambió para siempre. Mariana tenía 24 años y un día al salir del trabajo iba a ir al cine con sus compañeros y al subirse al coche se les acercó una persona que debajo del abrigo llevaba una pistola y una escopeta. El hombre disparó y ella fue alcanzada por una bala.
“Cuando desperté me dijeron que la persona que me disparó estaba muy drogado, me disparó, cogió un taxi y se fue a una farmacia para asaltarla porque quería más droga, la Policía llegó y le disparó nueve veces pero está vivo”, recuerda Mariana en una entrevista en Mater Mundi TV. Y cuenta que en ese momento “yo tenía un odio horrible y me preguntaba cómo era posible que estuviera vivo, por qué no había muerto”.
En el hospital le dieron la noticia que marcaría su vida para siempre: nunca más volvería a andar. “Cuando me dieron esa noticia lloré muchísimo, me quería morir”.
Pudo sentir compasión por su agresor
Un mes después su abogado le dijo tenía que ir a declarar y a reconocer a la persona que le disparó. Ella no quería pero la única forma de que le juzgaran. Afirma que “cuando le vi pasó algo increíble en mi vida, algo sobrenatural. Cuando estábamos frente a frente empecé a sentir paz, compasión, ternura y misericordia de él”.
Sin embargo, Mariana Barragan confiesa que “todavía no sabía que era una gracia que Dios me había dado en ese momento”.
En ese momento su abuela le hizo un regalo que no valoró hasta mucho tiempo después. Era un libro sobre la Virgen de la paz de Medjugorje. “Me dijo que lo leyera porque me iba a sanar al corazón”. Pero el libro fue directamente a su armario.
Mientras tanto, Mariana intentaba recuperar la normalidad en su vida. Explica que “Dios iba trabajando en mí y me hizo ver que había dos opciones: ser feliz a pesar de mis circunstancias o quedarme en la cama llorando amargada y decidí luchar”.
El extraordinario suceso de la discoteca
Curiosamente, varias personas de su entorno empezaron a hablarla de la Virgen pero ella no quería saber nada hasta que algo muy extraño ocurrió en una discoteca. “Se acercó a mí un chico guapo y me pidió sentarse conmigo. Entonces me dijo: ¿has oído hablar de la Virgen de la paz de Medjugorje?”.
Ella no daba crédito y le contó lo del libro de su abuela y él le dijo que lo leyera porque le cambiaría la vida. Y se levantó y se fue.
Mariana ofrece su testimonio allá donde va para ayudar a tanta gente como pueda
Tras este momento lo primero que hizo Mariana fue leer el libro de la Virgen y su vida empezó a cambiar justo en ese momento. “Empecé a sentir paz y lo importante que es rezar el Rosario por lo que empecé a rezar todos los días y a enamorarme de la Virgen”, asegura.
La absolución del pecado del aborto
Poco después acudió a un retiro espiritual donde siguió este enamoramiento de Dios en el que “lloraba de sentirme tan amada”. Pero todo el sufrimiento del aborto seguía en lo profundo de su corazón. Y entonces le hablaron del pecado por lo que empezó a recordar todas las cosas malas que había hecho en su vida y también el aborto de su hija siendo consciente de que había matado a su bebé.
Sentía un dolor muy fuerte por lo que había hecho en el pasado pero pudo experimentar la fuerza de la misericordia tras recibir la absolución por parte del obispo.
Pero además otro acontecimiento la ayudó a perdonarse a sí misma. Estaba en una capillita dedicada a los niños no nacidos y un sacerdote llegó con un grupo de peregrinos y les empezó a hablar de las consecuencias del aborto.
Una voz dulce me dijo: "no llores, ya te perdoné"
Entonces, este cura realizó una oración de sanación por las personas que habían abortado. Y dijo que “si alguien de los que está aquí abortó le pido que abra el corazón para que les puedan entregar a su hijo. Y en ese momento cerré los ojos y vi una imagen de Jesús con un bebé en sus brazos y luego tenía yo a este bebé en mis brazos. Yo lloraba y le pedía perdón pero una voz muy dulce me dijo: ‘no llores, ya te perdoné’”.
Desde entonces Mariana no solo es una devota católica sino también una importante activista provida.
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